
Un veterinario forjador de futuro
Lo conocí en circunstancias difíciles, aunque tradicionales. No eran su arrogancia, su protagonismo o sus éxitos lo que destacaba, sino su rostro imberbe, su mirada de niño, sus manos en forma de jarra a la altura de su cintura y algo como de susto, de quien se enfrenta por vez primera a la auscultación de muchos que lo aventajan.
Autor: Ana Margarita González | Fotos: Cortesía del entrevistado