Santiago de Cuba, 23 oct (ACN) Bajo la luna que iluminó los mármoles centenarios del Cementerio Patrimonial Santa Ifigenia, la historia y el arte se fundieron en una singular experiencia cultural, realizada como parte del XXVI Encuentro Iberoamericano de Valoración y Gestión de Cementerios Patrimoniales.
Martha Hernández Coba, directora del Centro de Interpretación del Patrimonio Funerario del camposanto santiaguero, recordó que la inspiración para la Noche Mística surgió en una visita al Cementerio del Presbítero Matías Maestro, de Lima, Perú, donde presenció un recorrido nocturno guiado que revelaba las historias detrás de las tumbas y mausoleos.
A partir de esa idea, dijo a la Agencia Cubana de Noticias, nació la propuesta santiaguera, celebrada cada 22 de abril, fecha fundacional del cementerio, pero con un sello propio: unir el rigor histórico con la sensibilidad artística, para que la necrópolis también sea un espacio donde el conocimiento, la emoción y la memoria se encuentren.
La actividad recrea la historia de por qué se crean los cementerios y cómo surgió el de Santa Ifigenia, así como la impronta de personalidades de diversos sectores de la sociedad que hoy descansan allí, expresó.
En esta edición especial, la número XV, realizada como parte del evento, el homenaje fue para Emilio Bacardí, primer alcalde de Santiago de Cuba; Perucho Figueredo, autor del Himno Nacional; los compositores y cantantes Ñico Saquito, Miguel Matamoros y Compay Segundo; Luis Carbonell, el acuarelista de la poesía antillana; así como los intelectuales Rogelio Meneses y Joel James Figuerola, entre otros.
El grupo folclórico Kokoyé, actores del Estudio Teatral Macubá, el declamador Elio Salas, el violín trovadoresco y varios artistas locales guiaron al público por esta travesía entre tumbas, leyendas, poemas y canciones que evocan la identidad de la urbe y de la nación caribeña.
Momento especial resultó la interpretación de la Oda a Santa Ifigenia, del poeta Marino Wilson Jay, que enlaza la historia de la lucha clandestina y honra a quienes dedicaron su vida a defender la patria cubana.
Esta experiencia demuestra los diferentes modos de gestionar un cementerio como institución viva, donde el arte, la memoria y la identidad se entrelazan, con el objetivo de preservar el patrimonio y servir de puente entre los vivos y quienes ya forman parte de la historia.