Las Tunas, 29 oct (ACN) Desde los primeros claros del día los tuneros se asomaron a puertas y ventanas para ver cómo amaneció su ciudad, tras las lluvias y vientos provocados por el huracán Melissa, que impactó suelo cubano con categoría tres en la escala Saffir-Simpson.
Para alegría de todos solamente eran visibles las hojas en el suelo desprendidas de los árboles, sacudidos por la fuerza de los vientos, según pudo constatar la Agencia Cubana de Noticias.
Varios citadinos se pronunciaron sobre el volumen de precipitaciones; unos opinaron que no fueron abundantes y otros, por el contrario, alegaron que llovió toda la noche aunque sin grandes aguaceros.
Pero lo cierto es que la provincia de Las Tunas estaba necesitada de agua en sus embalses, pues hasta agosto la capacidad de llenado apenas superaba el 30 por ciento, y luego con las precipitaciones de septiembre los niveles se elevaron al 41.
Con las lluvias de Melissa las presas comenzaron a incrementar sus volúmenes, sin que se hayan reportado desbordamientos.
Según reportes de medios locales el pluviómetro instalado en la Delegación Provincial de Recursos Hidráulicos registró más de 70 milímetros de lluvia.
Situación similar se evidenció en los restantes municipios de este territorio oriental, excepto en el norteño Puerto Padre, donde además hubo fuertes vientos.
A las nueve de la mañana de hoy, aunque moderadas, se mantenían las lluvias. Y mientras las aguas siguen cayendo en los saturados suelos, los vecinos intercambian sobre lo ocurrido y están prestos a ayudar a quienes lo necesitan, mientras otros se comunican con los territorios orientales más dañados, brindándoles apoyo.
