CIUDAD DE MÉXICO.- “¡Nada soportaremos contra México! lo sentiremos como propio. ¡Sabremos ser fieles a la amistad que han forjado siglos de historia y de hermosos principios comunes!”. Así, más que diáfano, fue el modo en que el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz hizo referencia a la especial relación que une a dos pueblos.
Esa declaración de hermandad -donde Fidel recordó a todos que para Cuba la nación azteca no es un destino más, no es un lugar extraño sino más bien Patria extendida- fue escuchada en un Acto de Amistad Cubano-Mexicana celebrado el dos de agosto de 1980. Y ese pasaje fue recordado por el Presidente de la República de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, al tomar parte -en septiembre del 2021- en el desfile cívico-militar en ocasión de los festejos por el aniversario del Grito de Dolores.
En tierra mexicana el dignatario llegado desde la isla caribeña pronunció un rico discurso, que supo retratar la excepcional historia entre ambas patrias. Sus palabras comenzaron afirmando -también muy diáfanamente- que “entre todos los hermanos que nos dio Nuestra América, México cuenta, por muchas razones, como uno de los más entrañables para Cuba”.
En una enumeración abarcadora Díaz-Canel mencionó la poesía del cubano José María Heredia -sus letras emocionadas afirmando “cuánto es bella la tierra que habitaban los aztecas valientes”-; los lazos únicos entre José Martí y tierra mexicana; el sufrimiento nacido de la conquista española; los afanes de independencia; “los notables cubanos que dejaron su sangre y sus nombres en la Historia de México”; y que el país hermano haya sido el primero en “reconocer nuestra lucha armada y en abrir sus puertos a los barcos con la bandera de la estrella solitaria”.
Sobre ese último episodio, el Presidente Díaz-Canel Bermúdez enunció en su intervención que tal reconocimiento “lo aprobó el Congreso, lo sentenció Juárez, y lo agradeció Carlos Manuel de Céspedes, el Presidente de la República en Armas, en carta memorable a su par mexicano”.
A Cuba llegó entonces -y así lo recordó el Jefe de Estado- “un selecto grupo de militares mexicanos para contribuir a la formación y entrenamiento del naciente Ejército Libertador”. Céspedes había escrito al “Benemérito de las Américas”: “Algunos caballeros mexicanos han venido aquí y han derramado su generosa sangre en nuestro suelo y por nuestra causa, y todo el país ha mostrado su gratitud por su heroica acción”.
Son muchos hechos los que han entretejido la historia de hermandad entrañable: es el amigo mexicano Manuel Mercado, a quien José Martí dedica su carta inconclusa y extiende su posición antimperialista; es Julio Antonio Mella cayendo en la capital azteca, atravesado por una bala; son los muchachos de la Generación del Centenario encontrando amparo y retomando fuerzas para reemprender la lucha por Cuba; es la tierra de la cual zarpó el Yate Granma; y es la simpatía natural e inocultable que los hijos de México sienten por la Revolución de 1959.
“Fiel a sus mejores tradiciones -recordó Díaz-Canel en su intervención-, México fue el único país de América Latina que no rompió relaciones con la Cuba revolucionaria cuando fuimos expulsados de la OEA por mandato imperial”.
Y en una ruta muy intensa de coincidencias y apoyos mutuos, en una saga tan rica que no cabe en un puñado de líneas, a esta reportera le vienen a la memoria los rostros de los hijos de México, los bomberos y rescatistas que llegaron a Matanzas para ayudar a extinguir, en el año 2022, el fuego en la Base de Supertanqueros; y puede parecer natural, pero es un gesto que brilla por el coraje y la empatía, el acompañamiento permanente y firme a Cuba en su lucha contra el bloqueo imperial, y la ayuda en insumos médicos y alimentos para paliar los efectos combinados de ese bloqueo y de la COVID-19.
Por lo anterior, en un camino de doble vía, unos tres mil médicos cubanos han llegado hasta 23 estados mexicanos en estos tiempos; y cerca de 200 profesores del país caribeño forman, en tierra azteca, a futuros especialistas de la Salud, mientras cientos de hijos de la nación de Juárez se preparan en Cuba como profesionales en esa materia. Es ese un ejemplo, entre otros muchos de hermandad, que une a las dos naciones.
VIAJES Y CERCANÍAS NATURALES
Por primera vez en su historia el amado México tendrá en su presidencia a una mujer: Claudia Sheinbaum; y el suceso es motivación para que el Presidente Díaz-Canel asista, este primero de octubre, a la ceremonia de toma de posesión. La llegada del mandatario cubano forma parte de la cercanía natural que marca a ambos países.
En estos años como dignatario, Díaz-Canel Bermúdez ha visitado la nación azteca en más de una ocasión: para participar, en noviembre de 2018, en la toma de posesión del presidente Andrés Manuel López Obrador; para la primera visita oficial, en octubre de 2019; para asistir como invitado de honor al desfile cívico-militar por el Día de la Independencia Mexicana y participar en la VI Cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la CELAC, en septiembre de 2021; y para llegar hasta el Estado de Campeche, en febrero de 2023, donde el presidente cubano recibió la Orden mexicana del Águila Azteca, en grado de Collar, entregada por AMLO.
En octubre del 2023, el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba arribó a México para participar en el “Encuentro de Palenque: por una vecindad fraterna y con bienestar”, reunión convocada por el mandatario mexicano Andrés Manuel López Obrador, con el objetivo de abordar el tema migratorio.
El Presidente Andrés Manuel ha concluido su mandato que se distinguió por un marcado espíritu humanista, y cuyo norte de la brújula estuvo marcado -con resultados- por sacar de la extrema vulnerabilidad a millones de seres humanos. Ahora le corresponde la responsabilidad como mandataria a Claudia, una científica nacida en 1962, quien al tener señales de su triunfo en las elecciones expresó en su primer discurso: “No llego sola, llegamos todas, con nuestras heroínas que nos dieron patria, con nuestras ancestras, nuestras madres, nuestras hijas y nuestras nietas”.
Por este momento tan particular, y por toda la historia vivida, México sigue siendo muy especial para la Mayor de las Antillas. Es lo que en el año 2018, desde el Palacio de la Revolución de la República de Cuba, razonara desde la gratitud, desde la memoria más sentida, el Presidente Díaz-Canel en entrevista concedida a Patricia Villegas, presidenta de Telesur: «México es un país muy importante. La Generación del Centenario encontró un sitio en México para prepararse para la guerra en Cuba. México mantuvo las relaciones con Cuba cuando muchos rompieron”.
Dicho en otras palabras: México es el hermano que siempre ha estado presente para Cuba. Y viceversa.
(Tomado del sitio de la Presidencia de la República de Cuba)