Cienfuegos, 11 may (ACN) La escultura a la leyenda de la india Guanaroca atrapó el amor y dolor de esa madre aborigen, en el justo instante que conoce la pérdida de su primer hijo, un momento inmortalizado por el arte desde hace casi 40 años frente a la bahía de Cienfuegos.
Esa obra, de la cubana Rita Longa (1912-2000), representa, según la tradición, a Guanaroca, la primera mujer sobre la tierra, de cuya unión con Hamao, hombre creado por el mágico conjuro del sol, nació un niño a quien bautizaron con el nombre de Imao.
Los celos paternos, por compartir el amor de Guanaroca con el bebé, hicieron que el padre robara al pequeño y lo llevara al bosque, donde murió.
Al despertar, la madre buscó a su hijo hasta encontrar el pequeño cuerpo dentro de una güira colgada en un árbol, y al tomarla en sus manos el recipiente rodó al suelo.
Se cuenta que entonces ocurrió el mayor portento, pues de su interior brotaron peces y tortugas, mientras las lágrimas de Guanaroca llenaron el valle para formar una laguna que lleva ese nombre y cuyas aguas son salobres y dulces, porque son alimentadas por el mar y los ríos cercanos.
Como tal, el conjunto fue inaugurado en julio de 1988 en la rotonda de Punta Gorda, en la conocida Perla del Sur, e incluye a la india confeccionada en láminas de latón-bronce y tubos de bronce con una altura de 5,30 metros, enclavada sobre un amplio estanque, que puede ser admirada desde el Hotel Jagua, el Chalet de Valle y el restaurante Covadonga.
Sin duda, la efigie constituye un homenaje al amor y al dolor que puede generar la maternidad, encarnada en el sufrimiento de Guanaroca, y destaca por ser de las pocas figuras escultóricas dedicadas a mujeres mestizas o negras, a pesar del amplio catálogo de esculturas que pueblan parques y plazas de Cuba dedicadas al Día de las Madres.
Al momento de inaugurar la obra, Rita Longa ya contaba con 76 años de edad, y una larga trayectoria como una de las más relevantes creadoras del siglo XX cubano.
Longa tenía una marcada preferencia por los temas aborígenes, donde destacan la Aldea Taina en Guamá, provincia de Matanzas; y La Fuente de las Antillas, en Las Tunas.