Nada pudo evitar que Las Tunas volviera a su Jornada Cucalambeana. Y es que los lugareños no quieren pausas cuando se trata de su evento tradicional más importante, trocado en cultura y festejos populares.
Ni las limitaciones con el transporte público, ni los aseguramientos habituales impidieron que la finca El Cornito, donde vivió y se inspiró Juan Cristóbal Nápoles Fajardo (El Cucalambé) para escribir sus décimas, volviera a ser el eje central del encuentro de poetas, escritores, artesanos y artistas.
Ese enclave, a seis kilómetros de la ciudad de Las Tunas, se engalanó, no solamente por ser un sitio preferido del poeta, también por la belleza de una naturaleza singular enaltecida por frondosos bambúes que sirvieron de cobija al público, repentistas y cantores.
En ese oasis se construyó un motel para atender a los artistas foráneos invitados a las cucalambeanas y para el pueblo en general durante el resto del año, pero ahora la mayoría de sus cabañas están parcialmente destruidas.
Devolverle la vida a esa instalación y otros espacios es una deuda pendiente de hace ya varios años. Los tuneros lo necesitan, a causa de que se trata del lugar más añorado para pasar un rato con sus familias, amigos y amistades.
Mas, su belleza natural y valor histórico y patrimonial fueron decisivos para desarrollar los habituales concursos Justo Vega, de Repentismo, ganado por el matancero Geordanis Romanega; y el de Décima Escrita Cucalambé, en el que el tunero Miguel Mariano Piñero se llevó las palmas con la obra Delirios Insulares.
En el abanico de actividades en El Cornito se mantuvieron las canturías infantiles, exposiciones de platos tradicionales y fiestas campesinas en el patio central con intervenciones de criollos y foráneos, incluida una delegación de la Escuela de Trova de Colombia.
El escenario natural, en medio de bambúes y las lunetas fundidas en una pendiente, que tanto llamaba la atención por su singularidad donde cada noche se efectuaban espectáculos artísticos, en esta ocasión las galas se trasladaron hacia el Teatro Tunas, en el centro histórico del centro urbano, una decisión parcial hasta que se restablezca el transporte.
Pese a lo cual, el teatro fue un gran anfitrión durante dos jornadas nocturnas de tonadas guajiras, poesía y una actuación espectacular de la compañía músico danzaria Telón Abierto, de la Universidad de Ciego de Ávila, muy reconocida por los espectadores.
La primera de esas galas se desarrolló en ocasión de la elección de la Flor de Birama y la segunda, con el título Vuelvo a tus Raíces, se le dedicó a El Cucalambé en su cumpleaños 196.
En el escenario citadino también tuvo lugar el Coloquio Iberoamericano de la Décima y el Verso Improvisado y el Panel Aniversario 70 de la Controversia del Siglo, protagonizada por Jesús Orta Ruiz (Indio Naborí) y Angelito Valiente; así como los homenajes al grupo danzario de raíces haitianas Petit Dancé, en su centenario, y a la poetisa Tomasita Quiala, recientemente fallecida.
Los tuneros volvieron a invadir durante dos días la calle que lleva el nombre del bardo para recordar al poeta popular mayor de Cuba en el siglo XIX.
En esa vía del norte de la urbe coincidieron repentistas, niños poetas y conjuntos musicales para deleitar a los que apuestan por lo folclórico y el cubanísimo jolgorio, epílogo de la Fiesta Suprema del Campesinado Cubano.