Más que limpiar cuidar (+Fotos)

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ACN - Cuba
Marta Hernández Casas | Fotos: Modesto Gutiérrez Cabo
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25 Junio 2025

   El incremento de los desechos domésticos en los pueblos y ciudades deviene problemática mundial. Ante esta realidad, los gobiernos e instituciones aplican múltiples alternativas acorde con las condiciones de cada sitio, todas encaminadas a reducir la presencia de basuras y lograr que la recogida sea efectiva y los ciudadanos cumplan con las normativas establecidas.

   Cuba no escapa a esta realidad acrecentada por las múltiples carencias persistentes por años, ahora incrementadas por una economía resentida debido al difícil contexto actual.

   Las empresas de servicios comunales junto a las de acueducto y alcantarillado, implicadas directamente en la limpieza y bienestar citadino  en el país, al igual que el resto de las entidades cubanas, sufren los embates de estos tiempos.

   Un parque automotor deficitario debido a la falta de partes y piezas para los carros, además de la carencia de combustible, bajos salarios, imposibilidad de restituir tanques de acopio de basura, y la falta de los más diversos insumos para el buen desempeño de la labor, por solo citar algunos, matizan la cotidianidad en esos sectores vitales para la salud y bienestar ciudadano.

   Poco a poco microvertederos, colectores desbordados, parqueos, zonas comunes, y espacios abiertos llenos de desperdicios, junto a tupiciones de alcantarillados y tragantes cambian la imagen de localidades antes limpias y ordenadas. Un ejemplo es Cienfuegos.

   La bella Ciudad del Mar, como resulta popularmente conocida, pierde poco a poco la hidalguía que le caracteriza desde tiempo memorables, suciedades, pestilencias, derrame de aguas albañales inquietan a los lugareños, quienes airadamente vuelven criterios y opiniones contra las entidades responsables de la higiene.

   Pero… ¿de dónde salen esos desechos? ¿Quiénes los depositan donde no van?

   Mucho valen las preocupaciones pero más valdrían las ocupaciones sobre este problema sanitario que afecta a todos, incluso a esos que lanzan las sobras de sus casas por los balcones de los edificios.

   Estos ciudadanos no respetan el horario de recogida de la basura, o sencillamente depositan en cualquier espacio abierto de la ciudad los escombros y otros residuos sólidos, que según está establecido deben contratar su recogida, porque no es labor de los habituales carros recolectores de basura.

   ¿Cómo hacerlo? Soluciones emergentes siempre aparecen, pero el problema permanece, evidentemente algo falta, y es educación, cultura, responsabilidad colectiva y estatal.

   En Cuba existen organizaciones de masas, programas comunitarios, proyectos sociales esparcidos en toda la geografía isleña, aprovecharlas sería una fortaleza para comprometer a los vecinos con la higiene de su cuadra, que conozcan las consecuencias fatales que el exceso de inmundicias provoca a la salud.

   Los Comité de Defensa de la Revolución (CDR), la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), los sindicatos, las organizaciones estudiantiles, en fin, toda la estructura de la sociedad civil cubana puede poner sus intereses y propósitos en la educación de las personas.

   Es esa la única manera de ganar la lucha contra el incremento de desechos en las calles, claro, por supuesto, también la implementación de un sistema de sanciones que castiguen las malas acciones, y a la prensa le corresponde reflejar las buenas labores y destacar las negativas.

    El orden debe comenzar por casa, le corresponde a las diferentes instancias del gobierno aunar esfuerzos y coordinar con exactitud la poda de árboles y la chapea de los lugares abiertos y su inmediata recogida, en lo que tienen un rol importante los Presidentes de los Consejos Populares por la cercanía  con sus electores y porque conocen las problemáticas de cada lugar.

   Los organismos y entidades estatales y del sector privado que generan basura deben establecer convenios con la Empresa de Servicios Comunales para el traslado, eso evitaría la acumulación de residuos en las esquinas, calles, y parques.

   Entre los aspectos que obligatoriamente deben abordarse en las reuniones de rendición de cuentas puede estar el cumplimiento de las ordenanzas de las ciudades y las violaciones que comenten, tanto los empresarios como los vecinos.

   En tiempos de crisis deben aprovecharse todos los recursos disponibles, uno de ellos son los carros de tracción animal, que bien pueden devenir en colectores de las basuras en los barrios periféricos de la urbe, para suplir la deficiencia automotor existente.

   Así de simple pueden solucionarse las cosas, congeniar esfuerzos e intereses, cumplir lo establecido y convertir a los ciudadanos,  junto a las instituciones,  en protagonistas de sus propias comunidades.