Julius Fucik: cuando el periodismo alcanza la convicción

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ACN - Cuba
Orlando Ruiz Ruiz
65
08 Septiembre 2025

El 8 de septiembre de 1943 fue ejecutado en Berlín Julius Fucik, tras haber escrito en su celda de la tenebrosa cárcel de Pankrác, una de las denuncias más valientes y desgarradoras contra la maquinaria de muerte creada por Adolfo Hitler. Su Reportaje al pie de la horca, no es solo un desafío al horror de la tortura y la certeza de la muerte a manos de las bestias fascistas, es, sobre todo, un canto a la vida y la esperanza.

   En el prólogo de una de las numerosas ediciones cubanas de la obra de Fucik, el maestro Ernesto Vera resumió el valor de esta desgarradora entrega periodística:

   “La política de crimen del fascismo hitleriano tiene en el libro del Héroe Nacional Checoslovaco la síntesis de denuncia que rebasará aun el  recuerdo horrible, la pesadilla humana de dolor y luto que significaron Hitler y sus secuaces. La denuncia vivirá eternamente y será siempre semilla de la vida, de lo mejor del hombre, expresado en los momentos peores”.

   El 8 de septiembre de 2022, el presidente de honor de la Unión de Periodistas de Cuba, Tubal Páez Hernández, escribió:

   “Tras el desplome del socialismo en Europa, una ola de demonización golpeó a sus símbolos más representativos y Julius Fucik no fue una excepción. La figura del periodista fue denigrada y su obra calificada de invento comunista. Un equipo de conocidos científicos y especialistas tras una larga y profunda investigación lograrían probar después la legitimidad del Reportaje… y rebatir las afirmaciones que mancillaban al luchador checo.

   El acuerdo de celebrar el Día Internacional del Periodista, cada 8 de septiembre, fue adoptado en Bucarest en 1958 por acuerdo de la Organización Internacional de Periodistas, desaparecida tras la restauración capitalista en Europa del este.

   En Cuba no debemos olvidar la significación de la vida y la obra de Fucik, sobre todo si tenemos en cuenta las similitudes con la forma en que Fidel Castro escribió y logró sacar clandestinamente de su celda, en Isla de Pinos, el manuscrito de la Historia me Absolverá, o si nos acordamos de los Cinco Héroes, que convirtieron su encierro en denuncia del terrorismo contra Cuba”, concluyó Tubal.

   Casi tres décadas después del asesinato de Julius Fucik, justo cuando la resistencia heroica del pueblo vietnamita enfrentaba la agresión imperialista, Fidel reflexionó en diálogo con estudiantes y profesores de la Universidad Carolina, de Praga, acerca del significado de las ideas plasmadas en “Reportaje al pie de la horca”, cuya lectura –expresó-- fue una de las fuerzas inspiradoras de los asaltantes del cuartel Moncada:

   “¿Qué fue si no la convicción profunda, la filosofía y los principios del marxismo leninismo, los sentimientos de solidaridad humana que estos contienen, los que lo alentaron en el sacrificio, los que lo hicieron soportar gustosamente, dignamente, heroicamente, serenamente, el sacrificio de su propia vida? ¿Qué sostuvo su fe en su causa, la convicción de que al fin el socialismo triunfaría; que ningún crimen, ninguna represión, podría impedir la victoria definitiva de los pueblos? Y la historia ha venido a confirmar una vez más la solidez de esa convicción, como hoy lo confirman con su heroicidad incomparable los combatientes vietnamitas.”

   Hoy, cuando evocamos el canto a la vida y la esperanza que nos dejó esa obra, las doctrinas de odio y dominación  tratan de imponerse a cualquier costo, centenares de colegas han sido masacrados por revelar la verdad de los crímenes cometidos por Estados Unidos, Israel y sus aliados de la nueva hornada  fascista.

   Gaza ha sido escogida para ejecutar la versión más sanguinaria y deshumanizada de las hordas sionistas. Solo en esta nación árabe han muerto hasta la fecha víctimas de las agresión israelí alrededor de 250 reporteros. Muchos han dejado junto al legado de su valentía, la critica a la atrocidad de los crímenes que se cometen ante la mirada de un mundo incapaz de ponerle freno.

   Mariam Abu Dagga, una de las pocas mujeres palestinas reporteras visuales que han cubierto la guerra en Gaza y que trabajaba como freelance para AP, había redactado su testamento a pesar de tener tan solo 33 años.

   Escribió a sus colegas que no llorarán en su funeral y a su hijo de 13 años Ghaith le dijo en su carta “hazme sentir orgullosa… alcanza el éxito y brilla”.

   Anas Al-Sharif era uno de los rostros más emblemáticos de Al Jazeera; momentos antes de su muerte había publicado en las redes sociales su última cobertura de los bombardeos israelíes a Gaza, en la que aseguraba que un intenso “cinturón de fuego” estaba golpeando las zonas del este y sur de la ciudad.

   “He vivido el dolor en todos sus detalles, he probado el sufrimiento y la pérdida muchas veces, pero nunca dudé en trasmitir la verdad tal como es, sin distorsiones ni falsificaciones”.

   Antes de caer abatido por la metralla, Anas había dejado preparado una suerte de testamento: “Si les llegan estas palabras sepan que Israel ha logrado matarme y silenciar mi voz. En primer lugar que la paz sea con vosotros y las bendiciones y la misericordia de Dios”

   Estos testimonios de vida y esperanza confirman el significado y trascendencia histórica de “Reportaje al pie de la horca” y son un digno homenaje a la resistencia y el optimismo de Julius Fucik a más de 80 años de su inmolación. En Palestina se ha demostrado que la verdad seguirá abriéndose paso a pesar del intento de acallarla a plomo y metralla.