Los 40 años de una de las más bellas hijas de Kiki Corona

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ACN - Cuba
Alain Amador Pardo | Foto: Cortesía de Kiki Corona
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15 Julio 2025

La Habana, 15 jul (ACN) El repertorio infantil dentro de la música cubana tiene entre sus más consagrados creadores a Kiki Corona, quien el próximo domingo será homenajeado en el teatro Karl Marx por sus 45 años de trayectoria artística; y que justo hoy celebra los 40 años de una de sus más queridas composiciones: “La Nana de las Mariposas”.

   Incapaz de expresarse enteramente como artista si le fuera extirpada esa faceta de su fructífera carrera, el autor devela a la Agencia Cubana de Noticias los por qué de esa canción atrapada para bien en el imaginario popular de varias generaciones de niños.

   Cuando nace “La Nana de las Mariposas”, en el año 1985, evoca, ya yo había intentado hacer cerca de diez canciones infantiles; algunas después las perfilé mejor —ellas también me ayudaron mucho—, y salieron un poco más tarde, como “La ronda del pececito” y “Tino el delfín”.

   Gracias a quienes me apoyaron tanto para realizar mi música, es que yo pude seguir haciendo canciones; y todavía hoy las hago pensando mucho en ellas; y en Marianita Morejón, Ileana Vázquez, Julio Cordero, Migdalia Calvo, Joaquina Martínez; son tantas personas las que me aprisionaron de tal forma, que cuando me soltaron, me puse a volar, destacó.

   Para quien los recuerdos constituyen el cemento, la grava y la barra de acero de las que están hechas los cimientos del edificio que poco a poco han armado su existencia, “La Nana de las Mariposas” también es un homenaje a su familia.

   Es casi desconocido que Clélia Barbieri, recordada religiosa italiana del siglo XIX, y muy mencionada por su tía Pilar, fue la que inspiró esta canción tantas veces cantada y versionada.

   Mi tía siempre me contaba cuentos sobre la vida bondadosa de esta mujer hacia los niños, los pobres, los enfermos; por eso en mi mente imaginé que Clélia era una mariposa que volaba cerca de la casa donde yo nací. Ese fue el motivo de inspiración que terminó siendo: “En el jardín más cercano, crecen las flores silvestres, y alegres se dan las manos, para en tu vuelo verte”. Cosas de la composición; pero fue así, recalcó.

   Sin embargo, destacó, la verdadera razón para sentirse satisfechos, en lontananza, cuando pasa el tiempo, es la famosa teoría de ensayo y error. Ahí radica la verdadera fortuna, no en los éxitos; explicó Kiki Corona.

   Haciendo repaso mental de aquellos primeros tiempos, atribuye como responsables de su acercamiento a la música infantil a Celia Torriente y Enriqueta Almanza, quienes fueron sus horcones desde muy temprano, antes de conocer a Ana Nora Calaza, Luisita Roque y Jesús Caldas, este último uno de sus “fantasmas buenos e inspiradores”, creador de aquella maravillosa casa de Alegrina y Tristolino bajo el arcoíris.

   Recuerdo con mucho cariño sus amores para y conmigo, y al mismo tiempo, el rigor de ambas para que intentara hacerlo mejor, resaltó.

   Kiki se considera un artista “raro”, porque es muy poco ególatra, cosa que todos los artistas deberían ser. Así confiesa que ha trabajado todos estos años en el silencio, pero no en el ocaso.

   Buena parte de su vida ha transcurrido en la virtud de insistir, hacerse mejor, e intentar trasladar a los demás lo mejor que puede dar de sí, lo que habla también de la vocación del profesor que ha formado a algunos exponentes de la música contemporánea.

   Eso quedará totalmente expuesto el próximo domingo en el Karl Marx, durante la gala “Soñar en Azul” bajo la dirección artística de Rigoberto Rufín y dirección general de Kenia Idalmis Rodríguez, presidenta del Centro Cubano de la Asociación Internacional de Teatro para la Infancia y la Juventud.

   Un numeroso grupo de intérpretes, actores, músicos y herederos de la obra de Kiki Corona, se darán cita en el “teatro de los grandes acontecimientos” para enaltecer tanta vida creativa en pos de mundos alternativos de fantasía, ante una vida cotidiana llena de retos donde las infancias necesitan soñar y volar.

   Mis primeros 45 años de vida artística, y los 40 de una de mis hijas, “La Nana de las Mariposas” ­—de más de 300 solo para público infantil—, los dedico a la capacidad de no cejar jamás en el empeño de ser cada día mejor, aseveró.

   Antes de terminar la conversación, transmitió una máxima que está convencido le acompañará mientras la salud y dios le acompañen: “Lucho porque sé que algún día, el más grande crimen, será pisar una flor”.