La Habana, 23 oct (ACN) Un incremento de las precipitaciones en septiembre y octubre permitió la recuperación parcial de los embalses en Cuba, aunque persisten dificultades en el abasto de agua potable en varias provincias orientales, informó la ingeniera Yulian Omar Rodríguez, vicepresidenta del Grupo Empresarial de Gestión de las Aguas Terrestres.
El acumulado nacional de lluvias desde mayo hasta septiembre alcanzó 609 milímetros, equivalente al 72 por ciento de la media histórica, con un comportamiento desigual: occidente al 70 por ciento, centro al 71 y oriente al 76, de acuerdo con el programa Mesa Redonda, y reportado por Cubadebate.
Octubre resultó particularmente favorable, con 140 milímetros hasta el día 20, cifra que representa el 91 por ciento de la media mensual, aunque en el oriente se reportaron los valores más bajos, con provincias como Guantánamo (46 por ciento), Santiago de Cuba (51) y Holguín (59).
La capacidad nacional de llenado de los embalses llegó al 53 por ciento, con una ganancia neta de 941 millones de metros cúbicos. La región central aportó más de la mitad de ese incremento, mientras en el oriente destacaron Granma, Santiago de Cuba y Guantánamo.
A pesar de la mejoría, el suministro de agua continúa crítico en Holguín, Santiago de Cuba y Guantánamo, donde los embalses de abasto no superan el 40 por ciento de su capacidad, en Holguín, la presa Cacoyugüín requirió instalar un nuevo sistema de bombeo para acceder al volumen muerto.
En Santiago de Cuba se prevé la puesta en marcha de una estación de bombeo en Gota Blanca, que incorporará 600 litros por segundo al sistema de abasto, mientras se avanza en el trasvase Mogote y en la construcción de una nueva conductora para reducir pérdidas.
El ingeniero Yunior González Núñez, vicepresidente primero de la OSDE Agua y Saneamiento, explicó que las lluvias permitieron reducir de 3,5 millones a 1,7 millones los cubanos afectados por interrupciones en el servicio, lo que representa una recuperación para 1,5 millones de personas en un mes.
González Núñez señaló que la estabilidad del servicio depende de la producción, la conducción y la distribución, y advirtió que las interrupciones eléctricas y el deterioro de las conductoras, como las de Cuenca Sur, generan roturas y suspensiones de hasta 24 horas.
Para estabilizar los trasvases, la dirección del país destinó alrededor de un millón de dólares a la compra de 18 equipos de bombeo, de los cuales algunos ya arribaron y beneficiarán a territorios de oriente y centro, mientras otros llegarán antes de fin de año.
Rodríguez destacó que el país cuenta con tres fábricas y 15 líneas de producción para ofrecer soluciones definitivas en el abasto, como ocurre en la presa La Yaya, y subrayó que los esfuerzos actuales buscan consolidar un sistema más resiliente ante los desafíos climáticos.