La Habana,13 jun(ACN) El cáncer de próstata constituye hoy uno de los desafíos para el sistema de salud de Cuba y a nivel global, pues a pesar de su alta incidencia en hombres sigue detectándose de forma avanzada.
Según refirió a la ACN el doctor Antonio Bouzó López, especialista en Urología, descubrirlo a tiempo puede ser curativo o controlar mejor la enfermedad.
Tras la sospecha diagnóstica resulta necesario hacer estudios de química sanguínea, imágenes del abdomen y la pelvis, resonancias magnéticas e incluso gammagrafías óseas, necesarias para clasificar adecuadamente el grado de la neoplasia y aplicar tratamientos efectivos.
Las etapas I y II ofrecen mayores posibilidades terapéuticas, pues en la tercera ya se requiere una combinación hormonal y radioterapia, mientras que en la IV, cuando el cáncer se ha diseminado, la realidad es mucho más compleja, explicó el también profesor de la Universidad de Ciencias Médicas de La Habana.
No obstante, incluso en etapa metastásica, se puede lograr un control de la enfermedad entre tres y cinco años, e incorporar tratamientos adicionales que, aunque costosos, ayudan a prolongar la vida, aseveró.
Bouza López destacó la importancia de concientizar a la población sobre esta enfermedad, alentar a quienes tienes factores de riesgos como el envejecimiento y los antecedentes familiares a chequearse periódicamente y estar atentos a los síntomas de alertas, pues es difícil su prevención mediante cambios de estilos de vida, como en otros cánceres.
Recalcó que el diagnóstico temprano es crucial, sobre todo en hombres mayores de 50 o 70 años, donde se requiere la realización de análisis complejos, como el antígeno prostático específico , para tener una lectura precisa del estado de la próstata.
Aunque en sus etapas iniciales puede ser asintomático, hay señales de alerta que no deben ignorarse, entre ellas dificultades para orinar (dolor, ardor, nicturia, urgencia miccional), disminución de la fuerza del flujo de la orina, esfuerzo para vaciar la vejiga, pérdida del control del esfínter, sangre en la orina (hematuria), disfunción eréctil (impotencia sexual), eyaculación dolorosa, sangre en el semen (hemospermia), dolor o presión en la pelvis, muslos, testículos, recto, caderas y espalda, dolores óseos y pérdida de peso sin causa aparente, concluyó el urólogo.
En Cuba, según el Anuario Estadístico de Salud, esta enfermedad representa una de las principales causas de mortalidad prematura de 30-69 años (613 casos en 2022 y 620 en 2023).