Como de cristal parece su frágil figura delgada y similar a una copa o recipiente refinado conteniendo una fuente que embriaga lúcidamente a quienes admiran su ingenio, seducidos por la vocecilla inacabada de jovenzuelo.
La delicada fuerza de la poesía de Marcos David Fernández Brunet, el Kíkiri de Cisneros, en la ciudad de Cienfuegos, doblega al más recio contrincante con una manera cortés que tiene de provocar la controversia rimada.
El joven poeta no puede explicarse cómo sucede la magia de tal espontaneidad pero la verdad es que domina la teoría y técnicas para la improvisación poética.
La métrica de la décima que hace el pequeño rimador siempre ha sido perfecta y aunque le molestan un poco las asonancias ya aprendió que solo a veces son aceptables.
El “kikirito” alecciona a los retadores con metáforas bellas y filosóficas como las del más experimentado bardo.
Cuando improvisa es respetuoso y manso pero defiende la posición que decidió favorecer o el tema que devino del intercambio poético.
No esperaban que naciera tan próximo a su hermano Daniel, pero Marcos David, para orgullo de la familia dejó ver luces de sonrisas, el 16 de marzo del 2002.
Con un poco más de dos años sorprendió a la familia cuando memorizaba una décima que trataba de aprender su hermano.
El pequeño creador con tres años de edad, memorizó 100 décimas que el padre escribió para él, actuó encima de un taburete en el programa campesino de la televisión cienfueguera, Al sur de mi campiña, y creó los primeros cuatro versos.
“Yo sabía que podía hacer la décima, mi papa me provocaba, me enseñaba y un día le dije, el kikiri del Cisneros que si sabe improvisar quiere ir a guarachar pero no tiene dinero”, afirmó el adolescente.
El taller de repentismo Luis Gómez, de la Perla del Sur, lo acogió como oyente muy temprano, allí aprendió la teoría de la décima improvisada con el profesor y repentista, Jorge Sosa, quien es- junto con el padre-, su mentor.
Fue Alberto Vega Falcón, “Veguita”, quien sugiere buscar un seudónimo para el niño y Ariel Fernández, el padre y poeta también, parecía un gallo cantor de décimas con sus críos por los guateques, por eso pensó que el hijo quien cantaba era un kikirito y como viven en la calle Cisneros, le nombró así, el Kikiri de Cisneros.
El cantor de cristal estuvo en los proyectos culturales Al compás de las Olas, el Guateque marinero, Los niños cantan la trova y el programa de televisión Campanita Musical.
Donde mejor la pasa Marcos David es en las parrandas guajiras, en el Guateque de Feijóo, del Centro Cultural para las Artes Benny Moré, en las del Parque Villuendas los domingos y hace muy poco reapareció y disfrutó mucho cantar en el programa de la televisión cubana Palmas y Cañas.
El programa radial La Hora de Luis es un reto para el joven que debe responder en vivo los pies forzados solicitados por los oyentes vía telefónica.
“Artistas cienfuegueros como Belkidia Fundora, Fabio Bosch y los hermanos Novo confiaron en mi talento y me dieron la oportunidad de desarrollarlo desde muy temprano”, manifestó el adolescente cienfueguero.
“También la radio y la televisión de mi urbe me aportaron confianza y me ayudaron a vencer el miedo escénico porque crecí ante las cámaras y los micrófonos”.
El nacimiento artístico del Kíkiri fue a los tres años cuando hizo una controversia con Roberto Novo el 30 de diciembre del 2005, en coincidencia con el día de la muerte de uno de los más grandes improvisadores de Cuba, Jesús Orta Ruiz, El Indio Naborí.
La Casa del Caribe lo acogió en la fiesta del 2006 cuando, con cinco años cantó para el público con Emiliano Sardiñas, y luego improvisó por primera vez en un círculo privado de amigos.
En los carnavales del 2009 en su territorio centro-sureño realizó la primera improvisación en un escenario con su profesor Jorge Sosa Bermúdez.
Con Alexis Díaz Pimienta, escritor, repentista, investigador, docente y director de la Cátedra Experimental de la poesía improvisada, abrió la canturía más larga en la Feria Internacional del Cubadisco 2010.
Participó en el filme Pernacubano, de los brasileños Eduardo Homem e Nilton Pereira, en julio de 2008; y en el video clip de Dustin Polo, director del proyecto cultural Abrakadabra, con la canción Somos el Mundo.
También en su largo devenir, estuvo en los discos Ortodecimante: buena ortografía en punto cubano, premio en la categoría CD–DVD didáctico, en Cubadisco 2015.
En el último año participó en los concursos de improvisación poética Francisco Otero de San Fernando de Camarones en Cienfuegos, donde se alzó con el primer premio por la categoría de tema.
Obtuvo el premio de la popularidad en el concurso de Jóvenes Improvisadores Chanchito Pereira en Matanzas, y estuvo entre los finalistas del evento Pablo Marrero Cabello en Cumanayagua, Cienfuegos.
En sus 15 años de edad y 12 de vida artística compartió escenarios con Héctor Gutiérrez, Tomasita Quiala, Aramis Padilla, Barbarito Torres, Sonia Pérez Casola, Pancho Amad, Silvio Rodríguez, Frank Fernández, y ,de su terruño, Los Novos, Lázaro García, Jorge Sosa y Mariano López.
“Ya termine la secundaria, me gusta aprender, aunque hay materias que disfruto más que otras, pero mi presente es la poesía y como poeta debo estar bien informado respecto a todo el conocimiento para llevar el disfrute de la décima a la mayor cantidad de personas”.
“Mi futuro es un misterio -dijo el pequeño bardo- pero no quiero que en mi porvenir falte la décima espinela improvisada, y claro también quiero que no falte un amor”.
“Y mi recuerdo y agradecimiento lo dedico a mi padre, a mis maestros, a mi primer compañero Jorge Sosa, quien siempre confió en mí cuando no me había estrenado como improvisador en ningún escenario”.
Marcos David, pese a su corta edad, ya es respetado por los colegas porque son muchos los atributos del niño-poeta.
Prodigio entre tantos poetas de Cienfuegos va camino del parnaso, junto a los mejores en la lid de los improvisadores de Cuba.