
Sorpresivo o no, los XVII Juegos Panamericanos de Toronto, Canadá, celebrados del 10 al 26 de julio de 2015, marcaron un brusco descenso de Cuba hasta el cuarto lugar por países en el medallero.
Los atletas cubanos conquistaron en esa cita multideportiva continental 36 medallas de oro -22 menos que en Guadalajara 2011-, 27 de plata y 34 de bronce, para un total de 97 preseas, cosecha insuficiente para quedar en el trío de vanguardia.
Como sucede por lo general en ese tipo de eventos, Estados Unidos (103-82-80) dominó ampliamente por naciones y extendió su hegemonía, ahora escoltado por Canadá (78-70-71) y Brasil (42-39-60).
Pese al bajón en los resultados, la mayor de las Antillas tuvo actuaciones destacadas en el boxeo, canotaje, atletismo, lucha, judo y taekwondo, que en su conjunto aportaron 27 títulos a la causa de la delegación.
Por ejemplo en el accionar sobre el cuadrilátero, los puños de la Isla se hicieron sentir con los éxitos de reconocidos pugilistas como Lázaro Álvarez, de los 60 kilogramos (kg); Arlen López (75 kg), Julio César La Cruz (81 kg) y Erislandy Savón (91 kg), quienes incidieron en la primera posición alcanzada por esa disciplina.
También se encaramaron a lo más alto del podio de premiaciones los boxeadores Andy Cruz, de los 56 kg; y Leinier Peró (+91 kg), para completar la cosecha dorada del denominado “Buque Insignia” del deporte cubano.
Igualmente sobresalieron por su desempeño los kayacistas, que dominaron por países al sacar seis metales áureos del Centro Panamericano de Aguas Tranquilas de Welland, repartidas por igual entre mujeres y hombres.
En la rama femenina, se destacó Yusmari Mengana con sus coronas en el K1 a 200 metros (m), K1 (500 m) y K2 (500 m); mientras en la competición varonil resaltó Jorge García al ganar el cetro en las pruebas de K1, K2 y K4 a mil metros.
Pasando al atletismo, la pertiguista cubana Yarisley Silva se robó el show con su récord panamericano de 4.85 m, para demostrar su grandeza y revalidar el título conseguido cuatro años atrás en tierras mexicanas.
Otra que ganó con plusmarca para la justa continental fue Yorgelis Rodríguez en el heptatlón, al reinar en esa agotadora modalidad con acumulado de seis mil 332 puntos en los siete eventos convocados.
Además, se colgaron el oro a sus cuellos la discóbola Denia Caballero, con envío de 65.39 m, el triplista Pedro Pablo Pichardo (17.54 m) y el maratonista Richer Pérez, vencedor con tiempo de dos horas, 17 minutos y cuatro segundos.
Los gladiadores, entre tanto, sacaron de los colchones cuatro medallas de oro, contribución liderada por el tricampeón olímpico y cinco veces monarca mundial Mijaín López, de los 130 kg en el estilo grecorromano.
También entre los grequistas saboreó las mieles de la victoria Yasmany Lugo (98 kg); mientras que en la lucha libre lograron la presea dorada Yowlys Bonne (57 kg) y Reineris Salas (86 kg).
En el judo, por la nación caribeña las mujeres fueron las de mayor protagonismo con dos metales áureos, uno a la cuenta de Dayaris Mestre, en los 48 kilos; y otro de Idalys Ortiz (78 kg), una leyenda de los tatamis con un palmarés impresionante en el que resaltan títulos en citas estivales y del orbe.
Por los varones, sacó la cara Magdiel Estrada, que con su triunfo en los 73 kg completó los tres cetros de los judocas de Cuba en suelo canadiense, igual cantidad a la conquistada por los taekwondocas.
Esa disciplina de patadas y reflejos vio coronarse a Yania Aguirre, en los 48 kg; José Ángel Cobas (80 kg) y Rafael Alba en más de 80 kg; en tanto que otros deportes con premios de oro fueron el tiro deportivo, la gimnasia artística, el levantamiento de pesas y el remo, en todos los casos con dos.
No obstante, el béisbol volvió a dejar un sabor amargo en la boca con su tercer lugar -repitió lo hecho en Guadalajara-, al ser privado de avanzar a la final con revés de 5-6 frente al equipo de Estados Unidos en una de las semifinales.
Pese a esa dolorosa derrota, en la disputa del bronce los peloteros cubanos supieron crecerse y vinieron de abajo para ganarle de manera sensacional al conjunto de Puerto Rico con marcador de siete carreras por seis.
Así, entre alegrías, tristezas, momentos duros e inesperados, transcurrieron para Cuba los XVII Juegos Panamericanos de Toronto 2015, en los que compitieron seis mil 132 atletas de 41 países.
Aprender de lo que salió mal en ese certamen continental y sacar el mayor provecho a las potencialidades del movimiento deportivo cubano, se antojaba decisivo para que en Lima 2019 la historia fuera diferente y, al menos, se pudiera regresar al grupo de los tres mejores en el medallero. (Manuel Asseff Blanco, ACN)