San Miguel del Rompe, símbolo de la conspiración mambisa

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Roger Aguilera
881
03 Agosto 2016

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Para la historia de Cuba, San Miguel del Rompe es un lugar emblemático y el símbolo de la conspiración anticolonialista, antes del alzamiento de La Demajagua, el 10 de octubre de 1868.
 En ese campestre sitio, a unos 30 kilómetros de la ciudad de Las Tunas, se desarrolló la primera reunión conspirativa para decidir la fecha del alzamiento de los patricios contra el ejército español, el cuatro de agosto de 1868.
 Conocida como Reunión de San Miguel del Rompe o Convención de Tirsán, allí se dieron cita las principales figuras de los grupos organizados en las diferentes regiones de Oriente y Camagüey, en respuesta a una convocatoria del Comité Revolucionario de Bayamo (centro de conspiración),  que dirigían Francisco Vicente Aguilera, Francisco Maceo Osorio y Pedro (Perucho) Figueredo.
 Estuvieron presentes Carlos Manuel de Céspedes y Belisario Álvarez, en representación de Bayamo; Salvador Fuentes y Antonio Rubio, por Holguín; Donato Mármol(Jiguaní); Vicente García, Francisco Muñoz Rubalcava y Félix Figueredo (Las Tunas); y Salvador Cisneros y Carlos Loret, (Camagüey).
  En ese escenario no se llegó a ningún acuerdo en cuanto a la fecha para iniciar la guerra por la independencia de Cuba. Había dos criterios: los que se inclinaban por esperar a que hubiera mayores recursos y los que insistían en comenzar las hostilidades lo más pronto posible, entre ellos Céspedes y Vicente García.
  Como no hubo consenso se acordó efectuar la segunda reunión conspirativa, el primero de septiembre de ese año en la  Finca Muñoz, a dos leguas de San Miguel del Rompe. Se mantuvo el criterio de esperar a que terminara la zafra azucarera para disponer de mayor solvencia económica y con ello adquirir armas.
  La próxima convocatoria para la conspiración aconteció en el Ranchón de los Caletones, región de Manzanillo, el tres de octubre, convocada por Carlos Manuel de Céspedes a solicitud de Francisco Vicente Aguilera. En ese encuentro se aprobó como fecha del levantamiento el 24 de diciembre.
  Vicente García, inconforme con el día fijado, presidió la cuarta reunión conspirativa un día después, el cuatro de septiembre, en el Mijial, en el actual municipio tunero de Puerto Padre, con la
participación de Ramón Ortuño, Rubalcava, Donato Mármol, Luis Figueredo, Francisco Varona y Jaime Santiesteban, en representación de Céspedes.
  García explicó que ya Las Tunas tenía 100 hombres armados, por lo que no podía esperarse mucho para la declaración de la guerra; entonces propuso el 14 de octubre como la fecha de comienzo de las hostilidades, exponiendo que si los demás no se levantaban, los tuneros sí lo harían.
  Pero en el ingenio El Rosario, jurisdicción de Manzanillo, se convocó a otro debate que a la postre fue el último de los conspiradores. La fecha aprobada para el alzamiento coincidió con la que había propuesto Vicente García en El Mijial: el 14 de octubre.
  En ese enclave se nombró a Céspedes jefe superior para el Círculo Revolucionario de Manzanillo, donde se estableció que si algunos de los conspiradores presentes se veían en la necesidad de adelantarse al levantamiento, por circunstancias justificadas, los demás debían secundarlos. De ese encuentro se derivó un acta que tuvo carácter de declaración de independencia.
  Como es bien conocido en la historia cubana, Céspedes no esperó el 14, y el día 10 dio la libertad a sus esclavos para convocarlos a iniciar la lucha por la independencia.
   El germen de ese levantamiento, San Miguel del Rompe, declarado Monumento Nacional en 1993, es recordado con una obra escultórica de hormigón y acero, que evoca la primera conspiración de los jefes mambises, para doblegar a los colonizadores españoles.