La flor de Las Marías

Compartir

ACN - Cuba
Eileen Esther Molina Fernández | Fotos: de la autora
4
11 Abril 2025

    Dicen los pobladores de Las Marías, en el Consejo Popular de San Rafael, de la ciudad de Holguín, que la enfermera Margarita Hernández Ávila es la flor de su comunidad, porque va repartiendo amor y atención de excelencia por donde pasa.

   Tras 21 años dedicados a la profesión, esta mujer sencilla deviene ejemplo de la efectividad de los programas de atención primaria de salud en las zonas rurales y de difícil acceso de ese territorio, cuya superficie está cubierta en un 20 por ciento por montañas.

   En medio del entorno desafiante provocado por el deterioro del camino, una población de más de 300 habitantes y casas distantes a un kilómetro una de la otra, cualquier lugar es propicio para que Margarita haga una visita de terreno u ofrezca una charla educativa.

   Con amor y modestia, la comunicación con sus pacientes resulta la clave del éxito en su quehacer y una sonrisa suya puede curar las más profundas heridas.

   Trabajar en una zona intrincada siempre es un reto y a la vez una experiencia maravillosa, pero nada más importante que preservar el bienestar de aquellos más vulnerables o los pacientes que necesiten asistencia, contó la enfermera a la Agencia Cubana de Noticias.

   En estos años, ella se ha convertido en parte de muchas familias, madrina de recién nacidos, sostén de los ancianos y la tía que inyecta a los niños de la escuela primaria, en la cual poco a poco se ha ganado el cariño de todos.

   Un abrazo, la sonrisa de una madre y el llanto saludable de un recién nacido son los mayores premios para esta mujer, referente dentro del Programa del Médico y la Enfermera de la Familia en el oriental territorio.

   Muchos reconocimientos otorgados por la Dirección General de Salud avalan su carrera, aunque los resultados del asentamiento en tópicos clave como el Programa Materno Infantil y el control de padecimientos crónicos no transmisibles son el mejor regalo.

   Esta vocación de amar y servir la comparte con su esposo, médico general integral del consultorio, quien se encuentra en estos momentos desempeñando una misión internacionalista en México.

   Al respecto, señaló que separarse siempre es difícil, pero hay un deber que cumplir donde quiera que la Revolución los necesite, no importa si es día a día, en la comunidad, o en un país extranjero.

   Cuando amanece en “Las Marías”, Margarita despierta con una sonrisa y el aroma de su cariño y paciencia se esparce como una flor de estos tiempos que tiene en ayudar a otros su principal máxima de vida.