La Habana, 15 jul (ACN) La colaboración entre empresas estatales y las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) en Cuba se erige como un pilar estratégico para fortalecer el encadenamiento productivo y crear sinergias que permitan enfrentar desafíos comunes y garantizar la continuidad y eficiencia de la producción.
Este modelo se sustenta en acuerdos de trabajo conjunto en los que tanto la empresa estatal como las mipymes aportan capacidades complementarias.
El ejemplo de la empresa estatal Prodal y su articulación con otras entidades ilustra el alcance del encadenamiento, pues en lo que va de año suman aproximadamente tres mil 500 toneladas (t) producidas en total, con un programa mensual de chequeo y seguimiento que involucra a trabajadores y actores externos para evaluar la producción, compensaciones y necesidades específicas.
Acralis Alfonso Hernández, directora de la empresa Prodal, explicó a la Agencia Cubana de Noticias que la entidad contribuye con infraestructura, tecnología y personal calificado, mientras las mipymes aportan materias primas e insumos, lo que facilita la diversificación de productos y la solución de fallas técnicas.
Señaló que la planificación y flexibilidad productiva son elementos claves en este proceso, aunque se establecen planes mensuales para las mipymes; las variaciones en la disponibilidad de materias primas y factores externos, como problemas energéticos, pueden generar tensiones.
En este contexto, la gestión eficaz de insumos resulta fundamental, destacándose que las mipymes, con mejor acceso a materias primas, logran mayores niveles de producción planificada, dijo Alfonso Hernández.
Llevar a cabo un encadenamiento productivo también implica un sistema de compensaciones mutuamente beneficiosas, donde las mipymes pueden proveer diversos insumos, como harina y aceite, a cambio de productos o servicios que las empresas estatales les suministran, garantizando así la continuidad operativa y la optimización de recursos.
Frente a las limitaciones en el abastecimiento y el impacto del aumento de costos por dependencia de insumos importados, la diversificación se ha convertido en estrategia obligatoria para las mipymes, lo que permite que estas amplíen su gama de productos y adopten nuevas formas de gestión y fijación de precios para sostener la productividad y los ingresos laborales.
El esquema ha generado un impacto económico y social positivo, debido a la incorporación activa del sector no estatal, gracias a lo cual se han logrado mantener empleos, garantizar funcionamiento empresarial y priorizar la entrega de estos alimentos a sectores esenciales como salud pública, educación y defensa.
Hasta la fecha, señaló la directiva, que la producción total de Prodal, como empresa es de alrededor de mil 900 t, destinada a cumplir las necesidades del país a través de la empresa, sin embargo las elaboraciones para las mipymes representan más de mil 600 t, y en conjunto han garantizado estos productos a destinos priorizados para la sociedad.
Con esta nueva forma de gestión y garantía entre empresas estatales y formas no estatales, el Gobierno cubano impulsa la política como una vía para dinamizar la economía, potenciar la transferencia tecnológica, mejorar la competitividad y generar utilidades, promoviendo un sistema empresarial integrado y sostenible.
Desde una perspectiva social, se han implementado beneficios para los trabajadores, tales como tiendas internas y planes vacacionales infantiles, gestionados con apoyo logístico de las mipymes, que contribuyen a mejorar el bienestar y el acceso a productos básicos a precios asequibles.
Dicho modelo productivo representa una experiencia replicable en el país, adoptada por otras empresas para elevar la eficiencia en sectores priorizados, y respaldada por normativas legales y programas gubernamentales que garanticen su ordenamiento y sostenibilidad.