Eridania decidió que quería pasar su vida vestida con el uniforme blanco cuando vio el amor con que una enfermera ayudó a recuperarse a un miembro de su familia y desde entonces, hace ya 60 años, no ha colgado los guantes.
De andar pausado y mirada penetrante, Eridania Sánchez Oteiza, la enfermera más longeva del Centro de Atención Integral al Diabético de Cárdenas, siempre lleva sus llaves al cuello cual amuleto de la suerte y se le ve de un lado a otro por la instalación mientras verifica que todo esté en orden.
La amante de los perros es fundadora del centro, lugar donde cariñosamente perdió su nombre y pasó a llamarse Erika, pues cuenta que los niños ingresados ahí le veían un parecido a la bruja de una serie animada.
Recuerdo como los pequeños se recuperaban, como les dábamos el alta cuando ya estaban bien de salud, y eso me marcó mucho. También quería ser enfermera para entregarles sus hijos a las madres, sanos y salvos.
La enfermería es la obra de su vida, y después de tantos años desarrolló la habilidad de percibir los más sutiles síntomas en las personas bajo su cuidado, a quienes también enseña a convivir con sus enfermedades.
Lo más importante para Eridania resulta la mejoría de los enfermos, que se sientan agradecidos y contentos por volver a estar bien; su mayor orgullo es su constancia en el trabajo y saberse merecedora del respeto de las personas.
Recientemente, esta maestra de incontables generaciones, quien ejerce la docencia, recibió la Cofia de Oro, máximo reconocimiento otorgado a quienes ejercen esta profesión, pero al que nunca aspiró pues para ella el único modo de cumplir con su deber constituye entregarse sin reservas a salvar vidas.
Cuando se quita la cofia y las ropas blancas dedica su tiempo a la lectura y las labores domésticas, colecciona ejemplares de la revista Bohemia, hace crucigramas con destreza, y se relaciona con sus vecinos “pero sin visiteo”.
De vez en cuando saca la caja donde guarda retazos de su vida en imágenes, medallas y documentos en un intento de hilvanar los recuerdos y regresar en el tiempo.
Con cada palabra Eridania deja ver su alma, la de mujer fuerte con la voluntad de sobreponerse a las adversidades, y superarse cada día para hacer lo que ama.