Llegar a Punta Perdiz, en la costa sur de la provincia de Matanzas, es encontrarse con un paisaje digno de la palabra belleza, un sitio donde visitantes nacionales y foráneos coinciden en la armonía dominante y la admiración ante el azul encantador de las aguas del mar Caribe.
Desde la provincia de Artemisa, con un grupo de amigos llegó Jorge Enrique González Martínez a la instalación turística gestionada por Cubanacan, y tras la experiencia de interactuar con sus bondades elogió a su colectivo laboral, el confort de las áreas, la calidad de las ofertas gastronómicas y lo atractivo del entorno.
Comentó González Martínez que fue una buena decisión escoger a Punta Perdiz para disfrutar de la playa en grupo; lo afirmó sin salir del agua, con un tono lleno de la energía típico de quien disfruta de la experiencia, de lo que el espacio le ofrece y de la compañía.
Yolaine Franco Gutiérrez, jefa de brigada en la instalación turística, comentó que Rusia se mantiene como principal mercado emisor internacional, pero, además de mantener las puertas abiertas para clientes foráneos, desde el primer semestre del año trabajan en alentar el mercado interno.
Los nacionales pueden reservar en los burós de las diferentes agencias la opción de pasadía, y cuando llegan aquí tienen un servicio todo incluido, barra abierta de 10:00 de la mañana a 5:00 de la tarde, áreas de sombra, camas de playa, baños, ducha y almuerzo en el buffet de 12:00 del mediodía a 3:00 de la tarde, precisó Franco Gutiérrez.
Comentó además que se mantiene activo allí el Centro Internacional de Buceo, con servicios excluidos de la oferta del pasadía, pero que le permiten a quienes opten por ellos explorar un fondo marino reconocido por la riqueza de su biodiversidad y conservación.
Para apreciar toda la grandeza ambiental, cultural e histórica de la Ciénaga de Zapata se precisa mucho más de un día, y entre tantas oportunidades puede ser Punta Perdiz el sitio indicado para garantizar una experiencia bendecida con el atractivo natural del Caribe.
En esos predios, aunque muchos se resisten a la tentación de sumergirse en el agua de siempre agradable temperatura, no faltan los que escogen solo tenderse cerquita del mar y contemplar el color deslumbrante que lo distingue, un azul bondadoso que concede tranquilidad, armonía y paz.