Desde varios stands de la Feria Internacional del Libro de La Habana, actualmente en su XXV edición, el título Perfumistas y perfumes presenta al lector una obra tan seductora como el tema protagónico, al mismo tiempo que enjundiosa y profunda.
Bajo la autoría del experimentado perfumista Leonel Amador (La Habana, 1942) y publicado en 2014 por la editorial Científico-Técnica, el libro es fruto de una acuciosa investigación de la historia siempre fascinante del mundo de los aromas, presentada a manera de ensayo o relato de múltiples lecturas.
Perfumistas y perfumes se adentra en el vínculo del hombre con los olores gratos desde los primeros percibidos en las cavernas de la Edad de Piedra, pasando por diferentes civilizaciones, etnias y culturas, hasta los días corrientes.
El tema del nacimiento y desarrollo de la especialidad en Cuba aumenta el valor de este aporte para el lector autóctono.
Un considerable cúmulo de información histórica, de etnología, antropología, geografía, de ciertas ramas científicas y de la propia perfumería aparece en el entramado de la obra que puede ser de gran utilidad al técnico, experto o estudiante del ramo.
Sirve también al disfrute lector curioso, lego o desinformado, pero sí atraído por ese antiquísimo tema. Como el propio autor del libro afirma los perfumes siempre han estado íntimamente ligados a la vida del hombre.
Hay información, conocimientos y juicio para todos los gustos sobre un producto tan presente en la vida de mujeres y hombres, desde los más sencillos a los más poderosos, así como vinculado a manifestaciones religiosas y culturales, clasificado como ciencia, arte y leyenda al mismo tiempo.
El mundo a su alrededor, muchas veces lleno de secretos y misterios guardados bajo siete llaves y a las pasiones amorosos más extremas, está en sus páginas. Aunque no lo es, a ratos puede leerse como una novela.
Sus bien estructurados capítulos ubican claramente donde buscar en primera instancia la información deseada, aunque no se recomienda descartar el conjunto, con un en eje vertebral y una tesis interesante.
Ardua tarea la de l autor, un ingeniero químico fundador la industria de la perfumería en Cuba, calificado en Francia y formador de varias generaciones de perfumistas cubanos.
En cierta medida Perfumistas y perfumes se emparenta con la obra Armas, gérmenes y acero, del estadounidense Jared Diamond, otra entrega de la Científico-Técnica hace poco más de 15 años.
Y no es porque se trate de una imitación, ni mucho menos, sino por el método empleado para las investigaciones y profundos estudios que las sostienen. Ambos autores debieron beber de similares fuentes del conocimiento histórico en buena medida. Amador realiza aquí sus propias consideraciones y conclusiones.
Hay ciertos detalles formales que a veces lastran la fluidez del lenguaje empleado y por ende de la comunicación en el relato. La información es cuantiosa y el tema tratado a profundidad, requiere más sencillez y ligereza formal, en ciertos momentos.
Como obra científica, su contenido es importante en su totalidad y se agradece. Como obra artística, seduce, pero aún puede ser perfeccionable.