Tal vez usted, amigo lector, conozca a los protagonistas de estos párrafos, visto en pantallas de televisores, leído sus nombres en páginas impresas, o escuchado en la radio. Ellos han navegado, durante la mayor parte de sus vidas, en ese mar a veces tempestuoso que es el periodismo.
Para este trabajo, respondieron con amabilidad por teléfono, correo electrónico, la red social Facebook o conversaron durante más de una hora, con el entusiasmo de compartir vivencias, símbolos de alegría y responsabilidad.
A pesar de sus años como comunicadores, algunos contestaban con la palabra “imagínate”…, y luego un silencio acompañado de brillo especial en los ojos y hasta de leves lágrimas, confirmadoras de la emoción de aquellos días junto a ese gigante llamado Fidel.
Sus recuerdos tienen el atractivo del entusiasmo renovado, con motivo del cumpleaños 90 de quien siempre estará en el centro del pueblo, como impulsor de proyectos en la conquista de anhelos.
Ángela Valdés García, fundadora del periódico La Demajagua, asegura que su mayor privilegio, durante más de 40 años en la profesión, fue acompañarlo en varias coberturas.
Según refiere, aquellas oportunidades dignificaron su desempeño para siempre, y los integrantes del equipo trabajaron con esmero, a fin de lograr la mayor calidad posible. “Guardo todo en la mente como lo más precioso de mi carrera”, confirma esta apasionada mujer.
Raciel Pérez Martínez, de la emisora Radio Bayamo, dice que los instantes al lado del Comandante son inolvidables, motivos de orgullo.
El joven profesional, lleno de sueños, se esforzaba al máximo por hacerlo bien en cada una de sus siete coberturas: “Fidel miraba siempre de forma directa y preguntaba por cada detalle, era emocionante”, añade.
NIÑO EMOCIONADO, PERIODISTA EN BICICLETA Y ADMIRADOR ETERNO
Era el 4 de febrero de 1959 y había un ajetreo singular en Manzanillo. El héroe que había sobrevivido al Moncada, a la expedición del Granma, al combate de Alegría de Pío y a la guerra en la Sierra Maestra hablaba ante muchos en esa tierra de tanta tradición revolucionaria.
En la muchedumbre estaba un pequeño de casi diez años de edad, llamado Juan Farrel Villa, actual periodista de La Demajagua, quien, sobre los hombros de su padre, atendía de manera especial, cautivado por la luz del señor alto que despertaba aplausos.
En marzo de 1975, aquel pequeño trabajaba como corresponsal de prensa y supo que Fidel realizaría un recorrido por varias instalaciones de esa ciudad.
Relata que era muy reducida la cantidad de periodistas para la cobertura, por eso consiguió el posible itinerario, pidió una bicicleta y fue a los lugares con la velocidad lograda por sus pies sobre los pedales.
Como es comprensible, en todas las ocasiones el Comandante ya había seguido camino, pero Farrel realizó sus trabajos con las opiniones de trabajadores y otras personas, repletas de emoción por conocer al hombre de verdeolivo, barba y mente infinita.
NERVIOSISMO Y ORGULLO
La multipremiada Gloria Guerrero Pereda, fundadora de la televisión en Granma, quien parece siempre segura, cuenta que, después de un terremoto en 1992, supo de la visita de Fidel y el nerviosismo circuló por su cuerpo.
La bella reportera estaba intranquila porque pensaba que se había equivocado en una información, por ser rápida y confiar en una fuente, pues cuando llegó al sitio con mayores afectaciones, le pareció haber exagerado en el reporte.
Según refiere, le avisaron que Fidel venía para Bayamo y ella temblaba. Luego la felicitó por los datos que incluyó sobre sismos de similar intensidad en siglos precedentes. Ya él había comprobado todo en el Centro de sismología, en Santiago de Cuba.
El fotógrafo Rafael Martínez Arias explica que también sintió tensión cerca del Comandante y trató de lograr las mejores imágenes. “Es que él impresiona, es un símbolo para los revolucionarios del mundo”, agrega con tono de profesor.
Para Marisela Presa Sagué, periodista de Radio Bayamo, estar cerca de Fidel por primera vez y hasta tocarlo ha sido la experiencia más impactante de su vida, en el séptimo congreso de la Upec, en 1999.
Recuerda que transmitió muchas lecciones a los participantes, trazaba proyectos y explicaba cómo necesitaba la Revolución que fueran los periodistas.
Ella conserva una foto junto a él: “Para aquella instantánea, nos acomodamos todos juntos, me correspondió estar a su lado, y su mano gentil y protectora estuvo sobre mi hombro en el momento exacto”, narra con orgullo.
Era 20 de diciembre de 1986 y la sede del periódico provincial lucía impecable. El piso tenía más brillo de lo habitual y cientos de personas esperaban al especial visitante, quien llegó en un yipi y caminó con pasos largos y seguros hacia el interior de la instalación.
Orlando Fombellida Claro, otro reportero con la dicha de estar a su lado en varias ocasiones, cuenta que el entusiasmo era tremendo, Fidel recorrió el lugar, preguntó bastante ante los ojos iluminados de los presentes y leyó la edición de esa jornada de La Demajagua.
VER Y ESCUCHAR A FIDEL, UN RECUERDO CON VIDA
Los profesionales entrevistados hablan con pasión de sus experiencias y narran disímiles anécdotas, confirmadoras del humanismo y sensibilidad de quien es una de las principales personalidades de la historia universal.
En estos párrafos faltan algunos, con mucho de valor por contar. Personas de otros sectores también poseen vivencias personales relacionadas con Fidel, una suerte que ojalá sea compartida mediante narraciones orales o escritas con las nuevas generaciones.
Ese hombre con vida eterna merecerá siempre la recordación y el homenaje sincero, sin importar las fechas.