“Tunas, te prendo candela, pero te prefiero quemada antes que esclava”. Esa frase, acompañada de un mural de terracota que simula un incendio, es la imagen que más atrae al visitante cuando penetra en el Memorial Mayor General Vicente García, de Las Tunas.
El texto comenzó a conocerse más el día en que apareció en el escudo de la localidad, en 1949, para perpetuar esas palabras pronunciadas el 26 de septiembre de 1876 por el más insigne de los patriotas tuneros, minutos antes de utilizar la tea para incendiar la ciudad.
Declarado Monumento Nacional en 1996, el Memorial se ubica en una amplia instalación ecléctica, con algunos vestigios de la arquitectura colonial –en el corazón de la oriental urbe--, que se erigió sobre las ruinas de la casa natal del Mayor General Vicente García González y su familia.
En su interior, el inmueble exhibe el machete de combate y la corneta de órdenes de Vicente García, un salón polivalente y un espacio para disfrutar de la canchánchara, bebida de los mambises elaborada a base de aguardiente de caña, miel de abeja y zumo de limón.
Cada año los lugareños reeditan el hecho, consistente en la presencia de una caballeriza y un simulacro de ligero incendio en la parte frontal del Memorial, durante el cual el centro histórico de la localidad queda sin fluido eléctrico unos minutos.
Se evoca cuando el Jefe mambí le ordena al capitán Manuel Reyes Silva: “Tome esa antorcha y empiece por ahí” y este exclama : “ pero General esta es su casa” y Vicente García responde : “Sí comience por mi casa” . Y a continuación pronuncia la célebre frase: “Tunas, te prendo candela, pero te prefiero quemada antes que esclava”.
Es así como se recuerda cuando las llamas comenzaron a apoderarse de Las Tunas, única ciudad cubana quemada tres veces. La primera vez ocurrió en 1869 durante la toma por Manuel de Quesada; y la tercera por Calixto García en agosto de 1897. Fue esta acción la más devastadora, pues, además de la tea mambisa, la ciudad fue dinamitada y destruida totalmente.
El incendio de Las Tunas en 1876 representa un símbolo para los tuneros, que reconocen el gran desempeño de su hijo ilustre en la Guerra de los 10 Años, en la que tuvo más de 100 combates.
Vicente García y su tropa tomaron Las Tunas el 23 de septiembre y permanecieron en esos dominios tres días más, pero ante la imposibilidad de sostener la ocupación, procedieron a incendiarla.
El hecho constituyó una gran victoria de los criollos, pues la derrota sufrida obligó a los españoles a cambiar de política hacia Cuba, al emplear como nuevo método la pacificación, encabezada por Arsenio Martínez Campos.
Donde más brilló García fue en Las Tunas . Por la fiereza con que defendía su terruño, los propios peninsulares lo bautizaron como El León de Santa Rita (en alusión al campamento donde radicaba).
Las cualidades del Mayor General -- rango militar que portaba desde julio de 1869-- fueron reconocidas al ser uno de los jefes mambises que más cargos ocupó en aquella epopeya.
Además del mando de Las Tunas, fue jefe del Departamento Oriental; Secretario de Guerra y Presidente de la República en Armas, amén de asistir a tres de las cinco reuniones conspirativas, previamente al alzamiento de La Demajagua;
Tras participar en la Protesta de Baraguá -- el 15 de marzo de 1878--, fue nombrado General en Jefe del Ejército mambí y Antonio Maceo fue su segundo al mando.
Vicente García falleció el cuatro de marzo de 1886 en Río Chico, Venezuela, a causa del envenenamiento de una comida, por mediación de un espía español presente en esos predios.
De su muerte el Héroe Nacional de Cuba, José Martí, escribió: “Allá, en un asilo infeliz moría tiempos hace, en la rústica cama, un General de Cuba, rodeado de sus hijos de armas, y se alzó sobre el codo moribundo, no para hablarles de los intereses de la tierra, sino para legarles, con el último rayo de sus ojos, la obligación de pelear por su pueblo hasta verlo libre del extranjero que le odia y le extermina”.