Himno Nacional: el canto de un pueblo que se forjaba

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ACN - Cuba
Marta Gómez Ferrals
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20 Octubre 2025

   Este 20 de octubre, Día de la Cultura Nacional Cubana, se escuchan noticias sobre las celebraciones en todo el país en honor a la creación, en fecha como esa pero de 1868, de las estrofas del Himno Nacional escritas por el mayor general Perucho Figueredo ante una multitud jubilosa que las recibió y cantó mientras festejaba la toma de Bayamo por los mambises.

   Desde meses antes el 11 de junio de 1868 la música empezó a difundirse por esa ciudad a partir de la interpretación pública al final de un Te deum por el Corpus Christi en la Parroquial Mayor de la villa oriental.

   Por argucia de los conspiradores criollos, el Gobernador militar colonial, allí presente, no tenía idea de qué se trataba, pues como máxima autoridad en el servicio religioso solo fue informado de que escucharía una pieza musical de la autoría del señor Pedro Figueredo Cisneros, abogado y aficionado a la música.

   Pero el hombre conocido como Perucho Figueredo era una suerte de benefactor de Bayamo, activo miembro fundador de la Sociedad Filarmónica local y a partir del 13 de agosto de 1857 junto a Francisco Vicente Aguilera y otros amigos del Comité Revolucionario de Bayamo, a favor de la independencia por la vía armada.

   En esa jornada su inspiración fue tal que allí nació la música vibrante del futuro himno, la cual comenzó a divulgarse de manera clandestina entre los lugareños y se le dio el nombre de La Bayamesa.

   Una anécdota relata el estupor de Don Julián Udaeta, el gobernador, al escuchar la inusual y ardiente melodía, en su opinión inapropiada en aquella ceremonia.

   Al dar su opinión al autor, subraya la chocante sonoridad guerrera, a lo que Perucho le respondió, más menos, aparentando calma: “Eso cree usted, pero no podría afirmarlo, pues no es músico”.

   Reticente, Udaeta optó por dejar las cosas así, de momento. Testimonios de  la época refieren que la vivaz pieza musical pudo escucharse en lugares públicos, interpretada por la banda municipal y con la armonización primera que hiciera el maestro bayamés Manuel Muñoz Cedeño, a petición del autor.

   Cuentan que hasta se hizo popular entre los criollos y era tarareada en plazas y calles como una gustada novedad melódica del momento.

   Ello pasaba casi en las mismas narices del gobernador, quien no se había equivocado y tenía razón al sospechar de una conspiración criolla detrás de la melodía.

   La confabulación ganó fuerza y a partir del 10 de octubre de 1868 los acontecimientos desembocan en la orden de alzamiento general dado desde Demajagua, Manzanillo, por Carlos Manuel de Céspedes como General en Jefe del Ejército Libertador.

   Al estallar la guerra, tras la primera derrota sufrida en Yara, Céspedes no se desmoronó y con 12 hombres continúa su marcha hacia Bayamo, acompañado cada vez por más patriotas. Al frente de una aguerrida tropa el 19 de octubre está en condiciones de librar combate victorioso por esta importante plaza.

   Después de la toma de la ciudad bayamesa por las fuerzas insurrectas el día 20 del propio mes, se produjo la conjunción de letra y música del himno de combate, cuando Perucho dio las estrofas a una muchedumbre de cubanos de todas las clases sociales y colores, que lo cantaron junto a él en la plaza principal.

   De modo que el Himno Nacional, desde su música hasta los combativos versos, nació en el mismo proceso de creación de la nacionalidad y la identidad de un pueblo de valientes, moldeado en el crisol de las obras humanas y de arte más auténticas, pues viene de las raíces culturales y del devenir histórico.

   El 8 de noviembre de 1868 se produjo la interpretación oficial de La Bayamesa en un acto público realizado en la entonces capital de la República en Armas, Bayamo. Lo interpretaron seis señoritas negras y seis señoritas blancas, respaldadas por la banda que dirigía el prestigioso Muñoz Cedeño. Una costumbre bayamesa recuerda este bello y simbólico acto cada año.

   La música del más grande canto patrio, conocida hace 157 años, emociona e inspira a quienes la escuchan. Al combate y al trabajo, a la resistencia, a la preparación, a la creatividad, al bienestar de los seres humanos y a la solidaridad.

   Hoy, la fiesta de la Cultura Cubana en el día de la cristalización del Himno Nacional es de toda Cuba y es grande.