El novedoso estudio que se realiza en Isla de la Juventud a pacientes con vaginosis citolítica –entidad clínica causante de infertilidad– es expresión de la prioridad otorgada por el sistema de salud en Cuba a quienes precisan de los servicios de salud sexual y reproductiva.
Hasta el Centro de Higiene, Epidemiología y Microbiología llegó la Agencia Cubana de Noticias a fin de dialogar con Raúl Guerra Romero –especialista en microbiología clínica–, quien hace año y medio se dedica al estudio de esa patología, cuyas fisiopatología y prevalencia son poco conocidas, diagnosticadas y en consecuencia ineficazmente tratadas.
¿Cuándo estamos en presencia de la vaginosis citolítica?
Afirma, sin medias tintas, que su aparición está relacionada con estilos de vida inadecuados, asociados a la ingesta descontrolada de carbohidratos como el azúcar, el trigo y el maíz, los cuales provocan en el organismo un estado de hiperinsulinemia (secreción excesiva de insulina) que en este caso, se deposita en los tejidos de la vagina.
Constituyen la flora vaginal diferentes microorganismos encargados de mantener su equilibrio y protección, pero cuando el cuerpo humano experimenta un exceso de insulina, se incrementa la concentración por campo de lactobacilos, bacterias inhibidoras del crecimiento in vitro de patógenos, generando un estado de hiperacidez, expone.
Significa que estas bacterias producen ácidos grasos que influyen en el estrés oxidativo y en la apoptosis celular (muerte celular programada), lo cual trae como consecuencia una disfunción en el tejido vaginal.
Asimismo los grumos generados por los lactobacilos son capaces de enlentecer la actividad del espermatozoide y provocar hasta el 30 % de la infertilidad en las mujeres, según estudio in vitro realizado recientemente en dos universidades de la República Popular China, enfatiza el especialista.
¿Por qué ha sido tan poco estudiada?
A partir de un examen de rutina es imposible distinguir la vaginosis citolítica. Esta entidad se caracteriza por ocasionar un cuadro clínico indistinguible de la candidiasis. Los síntomas son similares: secreción vaginal persistente, ardor al orinar, picazón y molestias antes, durante o después del acto sexual, apunta.
Mientras me invita a observar a través del microscopio, alude a la pertinencia de someter la muestra a un estudio microbiológico completo para emitir un diagnóstico conclusivo. Solo mediante el cultivo de la secreción vaginal es posible identificar el desarrollo de los lactobacilos y la ausencia de cándida albicans, trichomona, clamidias, entre otros patógenos causantes de los signos y síntomas vaginales.
Una luz al final del túnel
Conocer que existen mujeres voluntarias dispuestas a colaborar con el estudio obligó a esta reportera a encaminar sus pasos hacia la Consulta de atención a la pareja infértil, ubicada en la policlínica Doctor Juan Manuel Páez Inchausti, sita en la ciudad de Nueva Gerona.
En diálogo con la doctora Samara Ravelo Nápoles –especialista en primer grado en Obstetricia y Ginecología, quien hace dos décadas atiende la referida Consulta– permitió corroborar que la vaginosis citolítica es poco estudiada en Cuba, de ahí la novedad de la investigación que desarrolla el Licenciado Guerra Romero.
Como parte de ese estudio, evaluamos en la consulta de infertilidad un caso, cuyo nombre no develó. Seguimos un método para tratar el cuadro clínico y felizmente la paciente estudiada hace poco tiempo quedó embarazada, dice mientras pienso que esta puede ser una luz al final del túnel para quienes anhelan tener hijos y sufren síntomas similares a la candidiasis con diagnóstico negativo.
Ahora valoramos la eficacia del tratamiento frente a ese tipo de afección, comenta al tiempo que recuerda, la multicausalidad de la infertilidad asociada a infecciones de transmisión sexual, al deficiente funcionamiento ovárico, a la obstrucción en las trompas de Falopio, inflamación pélvica o lesiones en el útero, en fin, causas a descartar, además de someter a estudio al hombre.
Los resultados de esta indagación tributan, además, a la atención de mujeres afectadas por patología de cuello, agrega.
¿Cómo tratar la vaginosis citolítica?
El tratamiento incluye el uso de dos a cuatro cucharadas de bicarbonato de sodio diluido en agua para los lavados vaginales, dos veces en la semana en días alternos por las noches antes de dormir, si los síntomas continúan extenderlo a la siguiente semana en igual período y detener el proceder al disminuir los síntomas a fin de evitar una posible vaginosis bacteriana, apunta el microbiólogo.
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De retorno al laboratorio, Guerra Romero insiste en que lo más importante es adoptar un estilo de vida saludable, sobre todo reducir el consumo de alimentos contentivos de azúcar, incluidos los jugos.
Aunque es prematuro establecer resultados, manejamos la hipótesis de que la vaginosis citolítica podría ser la clave de las lesiones en la mucosa vaginal y cervical de origen hasta ahora desconocido en pacientes provenientes de la consulta de patología de cuello, acota con el brillo en los ojos de quien va por el camino correcto en este aporte a la salud desde la microbiología.