Este es un corsario diferente; no se trata de aquellos que andaban por los mares en busca de tesoros, este es un tesoro en sí, que a orillas del Mar Caribe, en el sur de Cuba, ofrece variados servicios.
Alojamiento, pasadías, gastronomía y atención personalizada a cada uno de los vacacionistas que llegan de diversos sitios de la geografía cubana constituyen opciones bien recibidas.
Situada en la carretera entre Playa Larga y Playa Girón, la Villa El Corsario pertenece al sistema de alojamiento de la provincia de Matanzas y cuenta con 12 cabañas confortables, con capacidad para 48 personas, restaurante, bar, ranchón para fiestas, cafetería y agradable entorno.
Para Tania Rodríguez, especialista comercial de la entidad, el mayor atractivo de este destino turístico radica en la playa de aguas cristalinas, las bellezas naturales que rodean la instalación, los fondos marinos únicos por sus barreras coralinas y peces de especies diversas y la historia que atesora el mayor humedal del Caribe Insular.
A las bondades del entorno del inmueble se suman la eficiente labor del personal y calidad del servicio, valores que aprecian quienes viajan largos kilómetros para alejarse de lo cotidiano.
El pirata Gilberto Girón, quien dejó huellas en esa zona, allá por el siglo XVIII, seguramente disfrutaría hoy de los tesoros
inigualables que muestra la Península de Zapata y de llegar a la Villa El Corsario alargaría su estancia.
Mientras el tocororo reposa en la rama de un soplillo, el zunzún vuela sin parar sobre el amplio jardín, y los cangrejos arman y
desarman sus cuevas en arenas doradas por el sol, las familias debajo de las sombrillas de pencas de yarey disfrutan de un lugar privilegiado por la naturaleza, verdadero y diferente Corsario en pleno siglo XXI, a orillas del mar Caribe.
Bárbara Vasallo Vasallo
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08 Agosto 2016
08 Agosto 2016
hace 8 años