Cuba y el arte de contar historias

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ACN - Cuba
Isniel Díaz Arocha, estudiante de Periodismo I Fotos: CNAE
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21 Julio 2025

   En un mundo donde la tecnología y las redes sociales dominan la comunicación, la narración oral emerge como un arte atemporal que sigue cautivando a audiencias de todas las edades.

   Desde tiempos inmemoriales, contar historias ha sido una forma fundamental de transmitir conocimientos, valores y tradiciones de generación en generación.

   La narración oral es más que simplemente relatar anécdotas; es un acto de conexión a través de la voz, los gestos y la expresión corporal, los narradores crean un vínculo emocional con su audiencia, al transportarla a mundos imaginarios y realidades compartidas.
   Esa forma de comunicación permite a los oyentes experimentar las historias de manera más profunda, fomentar la empatía y la comprensión entre diferentes culturas.

   Elvia Pérez Nápoles, máster en dirección escénica, explicó que narración de cuentos desde una panorámica cubana, ha sido históricamente vista, desde sus inicios en bibliotecas e instituciones, como una herramienta para promover la lectura con enfoque principal en los niños.

   Durante mucho tiempo, a través de la Biblioteca Nacional y su red de instituciones se consolidó la idea de que esa actividad era exclusiva para los más jóvenes y se desestimó su valor como un arte en sí mismo, expresó.

   Galardonada con Premio "Caracol de la Oralidad" de la Asociación de narradores orales de Mexico, Pérez Nápoles refirió que Francisco Garzón Céspedes, en los años 80, tomó la iniciativa de reposicionar este antiguo arte.

   Conocido por su labor en el ámbito literario y teatral, Garzón propuso que la narración oral, que recibe diferentes nombres según el país —como teatro de narración en Italia, teatro del relato en Argentina y cuentería en Colombia— debía ser reconocida como una forma artística accesible a todo público, no solo a los infantes, detalló la también Premio "Cuentería" de la Cátedra Iberoamericana de Narración Oral.

   Además, agregó que, para los adultos, esa práctica resulta no solo interesante, sino también necesaria; la narración de cuentos fomenta el desarrollo del lenguaje, la imaginación y la autoconfianza, aparte de ser una herramienta instructiva que puede beneficiar nuestro desempeño laboral al igual que promueve la preservación de la identidad cultural a través de leyendas y mitos que nos definen.

   Como toda forma de arte, la narración proporciona placer y ocupa el tiempo libre de manera enriquecedora y útil, destacó, quien a su vez dirige el grupo de narración escénica ContArte, fundado el 8 de mayo de 1998.

   Disfrutar de esta experiencia, ya sea aprendiendo a contarlos o asistiendo a su representación, enriquece nuestro acervo cultural y nos brinda momentos gratificantes de esparcimiento, aspectos que son igualmente necesarios en nuestra vida, comentó la especialista.

   Por su parte, Osvaldo Manuel Pérez Peñalver, director general de "Cuentos para una Añeja Ciudad", evento internacional dedicado a promover espacios de narración oral para niños que, desde el pasado 15 de julio y hasta el 21 está proyectando sus actividades en la capital, comentó que el  festival- en su XV edición- busca enriquecer la experiencia cultural de los más pequeños a través de la magia de contar historias.

   Pérez Peñalver subrayó que estos encuentros interactivos trascienden el simple acto de narrar, buscan crear experiencias enriquecedoras que estimulen la imaginación, la creatividad y el amor por la lectura desde las primeras edades.

   En el ámbito del desarrollo de la narración oral en Cuba, el asimismo director del grupo Teatro de la Palabra destacó la notable proliferación de proyectos y festivales dedicados a esta forma de expresión artística.

   Entre los más destacados se encuentran "Primavera de Cuentos" y "ContArte", así como iniciativas locales como "Palabra Viva", en la provincia de Las Tunas; "Palabras al Viento", en Holguín, y "Río de Cuento", de Pinar del Río.

   Estas actividades no solo enriquecen la cultura cubana, sino que también promueven el intercambio y la apreciación de la narración oral escénica en todo el país, añadió.

   A su vez, Alma Rosa Rivero de los Santos, narradora mexicana con más de 35 años de aval en estas lide, señaló que, tras la COVID-19, este arte ha experimentado un renacimiento en su tierra, con un creciente interés entre jóvenes actores y academias teatrales que lo utilizan para perfeccionar la interpretación.

   La igualmente fundadora del grupo "Itacate de Cuentos", dedicado a preservar la memoria oral de México, elogió a Cuba como nación líder en la promoción y desarrollo del "teatro del relato" en Latinoamérica, al destacar su eficacia en la difusión de esta expresión artística.

   A pesar de la modernización, la esencia de la narración oral permanece intacta: la capacidad de conectar a las personas a través de las palabras.

   En un momento en que la polarización es común, las historias tienen el poder de unirnos y nos recuerdan que todos compartimos experiencias humanas universales.