Compartir escenarios juntos, que las cuerdas del guitarrista clásico Félix Eugenio Robledo pudieran acompañar al trovador cubano Santiago Feliú, fue la concreción de uno de los mayores sueños profesionales del argentino, quien alega haber sido antes que todo, un fan del “rojo independiente”.
José Bonavita, el manager de Santi en sus giras por Argentina, le puso en contacto con su itinerario en la nación austral, naciendo así la idea de llevarle a Pergamino, la ciudad de Félix y donde el bardo nunca antes había estado.
Cuando en noviembre del año 2011 las gestiones para el recital en esa urbe, a 222 kilómetros de Buenos Aires, por fin se concretaron, entre Félix y Santi surgió una inquebrantable amistad, por lo que el joven sudamericano devino su acompañante en no pocas ocasiones.
Según Robledo las presentaciones en que estuvieron juntos fueron montadas casi al instante de tocar y aunque realmente no llegó a ser su guitarrista estable, debido al lamentable fallecimiento de Santiago en 2014, este consideró la posibilidad de montar más temas con ensayos programados.
“Santi, más allá de su talento, era un hombre despreocupado, con un chiste y una sonrisa a flor de piel, predispuesto a una foto, a una charla, muy amigo de sus amigos, en fin, un tipazo tan amante de Argentina que él mismo se autodefinía como un porteño del Caribe”, agrega.
La anécdota que mejor conserva fue cuando le sorprendió devorando el dulce de leche en la heladera de su madre, justo en el lapso de una entrevista por correo electrónico y durante los preparativos para salir hacia Rosario, parecía un niño desesperado con sus golosinas.
Mi mujer está muy sensible, compuesta por Santiago Feliú en 1990 justo en su país, resulta de esos temas que siempre le acompañan, y aunque entonces se trataba de otros sucesos y la canción social es siempre coyuntural, Macri y la “tanta democracia para no creer” lo arrastran siempre a su mente.
El Eléctrico dejó un legado incuestionable a la canción de autor, para Félix, sin haber alcanzado gran masividad influenció a diferentes generaciones de músicos y jóvenes, que como en Pergamino, recién lo descubren en Internet, videos, discos prestados y hoy le tienen como un poeta imprescindible.
Vida, Ansias del Alba y Para Bárbara, constituyen himnos de la trova y el cancionero latinoamericano, por ofrecer una verdadera canción de arte, tanto desde lo poético como desde la exquisitez guitarrística y musical, refiere.
Recientemente Félix Robledo llegó a Cuba por primera vez, donde tuvo la oportunidad de intercambiar con consagradas figuras de la trova en este país considerado por él la cuna de la canción de autor, entre ellos Vicente Feliú y Augusto Blanca, visita que le ofreció razones para querer retornar este año.
Laura Vichot Borrego, estudiante | Foto ACN
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07 Abril 2017
07 Abril 2017
hace 8 años