Caridad Irene Hernández González tiene 64 años de edad, pero cuando tenía 23 tomó la mejor decisión de su vida: ser bibliotecaria.
Sencilla, bondadosa y muy atenta se presenta esta mujer, la primera y única por mucho tiempo, que ejerció esa profesión en la escuela primaria Cinco de Septiembre, del municipio de Majagua, fundada en 1975.
El amor por la bibliotecología me lo inculcó Ela Ramírez, una gran profesional de esta disciplina y amiga, que sabía de mi inclinación por la lectura y no concebía que solo me dedicara a la costura, comenta Cary, como se le conoce a esta avileña de cabellera blanca.
“Un buen libro siempre es un buen aliado, no me cansaré de decirlo, pues a través de ellos se amplían los saberes y se hace más culta a la persona”.
Cuando los alumnos de la escuela iban a la biblioteca para hacer las tareas que les correspondían o como parte del proceso docente-educativo, siempre trataba de que se interesaran por algún texto, creo haberlo logrado porque a los varios días del préstamo conversaban conmigo sobre esa lectura, refiere la majagüense.
Cary se jubiló hace poco más de un año, sin embargo no pudo dejar de polillar, como ella misma refiere.
“Es bien difícil alejarse de la diversidad de conocimientos que hay en una biblioteca, ahí estás en contacto constante con los diferentes públicos y siempre en un ambiente muy cándido como lo es estar rodeado de libros”.
Mientras estuve en el centro educacional, a los estudiantes les enseñé habilidades que les permiten desarrollarse en un futuro no solamente en el ámbito laboral sino también en la vida cotidiana. Allí se aprende a gestionar, aprovechar los recursos disponibles, ser ordenados y organizados y dar prioridad a sus intereses, asegura.
“Desde hace poco más de 16 años laboro en el Centro de Documentación e Información del municipio. Por ahí me retiré, pero regresé porque estoy en plenas facultades mentales y todavía me quedan inquietudes intelectuales que saciar”.
Esta profesión ofrece retos constantes, sobre todo desde hace algún tiempo con los cambios tecnológicos, pero aprendí y a todo el que necesite de mis servicios con gusto lo atiendo, dice Cary con rostro satisfecho.
“Tengo la seguridad de que todavía soy útil, quienes nos visitan en el centro, incluidos los pioneros, que lo hacen con bastante frecuencia, se van complacidos. Hay mucho que ofrecer: bancos de películas para adolescentes, muñequitos, contenidos educativos para todas las edades...”
Además, se prestan libros, la mayoría son los que están en las universidades y también existen en soporte digital, que pueden copiarse, al igual que otros fondos de diferentes contenidos, explica.
Se dice que la bibliotecología es la ciencia que se encarga de administrar el conocimiento humano y de inculcarle a la sociedad la gran importancia que tiene cualquier tipo de información en el presente y en el futuro.
Abarcadora definición que Cary, con su interés personal, ha sabido fomentar con mucho prestigio por más de 40 años.