Carretilleros sí, pero con orden en la vía

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Alfredo Carralero Hernández | Foto Internet
1110
28 Marzo 2017

Holguín, como muchas otras ciudades cubanas, luce sus encantos y amplía múltiples programas en defensa del orden y la armonía de las principales áreas urbanas, pero la nueva modalidad de comerciantes en carretillas preocupa a sus inquilinos por ciertas indisciplinas.

Holguín, como muchas otras ciudades cubanas, luce sus encantos y amplía múltiples programas en defensa del orden y la armonía de las principales áreas urbanas, pero la nueva modalidad de comerciantes en carretillas preocupa a sus inquilinos por ciertas indisciplinas.
¿Y cuáles son estas alteraciones?, podrán preguntarse muchos de quienes apenas toman algunas de sus más transitadas calles, como Frexes, Pepe Torres, José A. Cardet, Luz y Caballero o Maceo y Máximo Gómez, entre otras, donde se dan cita diversos tipos de estos vendedores.
El hecho de que lleguen o transiten por estos sitios con sus
correspondientes mercancías, sean productos agrícolas o alimentos ligeros como dulces, refrescos, helados u otras variedades no es lo que más preocupa, sino el arrojo en la vía de ciertos desechos o la interferencia en las calles.
Pero más que detenerse en unos u otros de estos espacios, la
preocupación está en el desorden que ocasionan al ocupar parte de esas calles, en su mayoría de amplia circulación vehicular y de trasiego de personas en una y otra dirección.
A estos inconvenientes se une la suciedad que dejan los vendedores con desechos de productos del agro en los sitios donde realizan sus operaciones indebidamente, porque la mayoría de las veces se estacionan en un lugar fijo, como si se tratara de un mercado o de un punto de ventas autorizado.
La presencia allí o allá de estos pregoneros puede ser
aceptada por quienes adquieren frente a sus propias casas esos alimentos, pero a otros les resulta irritante porque al marcharse dejan los desperdicios sin contribuir a recogerlos y llevarlos hasta donde deben depositarlos ordenadamente.
Si los dejan y no se arrecian las medidas contra los infractores
de lo establecido, algunos lugares semejarán agromercados o basureros, expresó Inés Lazo, vecina del edificio de 18 plantas en el reparto Nuevo Holguín.
Lo que más preocupa, subrayó esta jubilada del sector educacional, es que hechos como esos vayan tomando fuerza en medio de los esfuerzos que están haciendo las instituciones políticas, gubernamentales y administrativas de la provincia porque en toda la ciudad prevalezca el orden y la disciplina ciudadana.
Esto de los vendedores autorizados es buena
iniciativa, opinó José Díaz, del reparto Pueblo Nuevo, pero no se les puede permitir, puntualizó, que lo hagan desorganizadamente y se sitúen el día completo en un mismo punto, cuando el reglamento expresa que tienen que estar moviéndose de un área a otra.
Y la mirada hacia quienes cometen con mayor frecuencia
indisciplinas entre los bien conocidos carretilleros, se extiende
también a otros que incluso emplean la tracción animal y se dedican al traslado de materiales de la construcción para las
reparaciones de viviendas o de locales destinados a los servicios
gastronómicos por cuenta propia.
Aunque no sean ni uno ni otro de estos casos ejemplos generalizados de desorden, lo cierto es que con la apertura de las facilidades para ejercer estas y otras actividades a través del sector no estatal, se impone un mayor rigor por parte de quienes tienen que velar por el cumplimiento de las normas establecidas para estas modalidades laborales.