Adrián Cándano Barrera, de 17 años y residente en la occidental provincia de Pinar del Río, es uno de los favorecidos con un complejo proceder, que aunque se ofrece de forma totalmente gratuita el Estado tiene que erogar cuantiosos recursos.
El doctor Antonio Paz Cordovéz, jefe del servicio de Otorrinolaringología en el habanero hospital Hermanos Ameijeiras, en exclusiva a la Agencia Cubana de Noticias destacó que los implantes cocleares, cuyos dispositivos se adquieren de prestigiosas firmas mundiales, en otros países pueden costar unos 40 mil dólares.
Rememoró que estas intervenciones comenzaron en la Mayor de las Antillas en diciembre de 1997, pero se había realizado una en 1987 de forma aislada.
Aunque en 1998 se decidió operar a los primeros 21 pacientes en la referida institución, el mencionado programa surgió a partir de 2005 por iniciativa del líder de la Revolución, Fidel Castro, con el propósito de mejorar la calidad de vida de los pacientes y de que contaran con un apoyo efectivo para su desarrollo individual y social.
Cándano Barrera nació en 1998 en el reparto La Conchita, del
referido territorio, y desde pequeño sufrió una meningoencefalitis bacteriana que lo dejó discapacitado, no sólo para caminar, sino también le afectó el sentido de la audición.
Yo nací normal, era un niño alegre, juguetón, malcriado, pero a los dos años y medio esa enfermedad me dejó secuelas auditivas y me diagnosticaron como tratamiento una prótesis e implante coclear.
En el “Hermanos Ameijeiras” al pequeño le colocaron el dispositivo, cuya intervención encabezó el doctor Paz Cordovéz, pionero del programa.
“Me sentí muy emocionado cuando desperté y escuché los sonidos, el lenguaje, los ruidos”…, manifiesta Cándano Barrera, quien en 2001 fue el primer paciente de Pinar del Río y el quinto de la ínsula en beneficiarse con el mencionado proceder, que se ofrece sin costo alguno, incluida la rehabilitación.
“Esto constituye un logro para alcanzar mi felicidad junto a mi
familia, pues gracias al implante coclear que los científicos han
experimentado de manera muy amplia, he desarrollado muy bien el lenguaje y la audición, recalcó el joven, quien recibió la
rehabilitación en el Centro Internacional de Salud La Pradera, en la capital.
En 2014 y luego de 11 años de la cirugía inicial de ese tipo, a
Adrián le reimplantaron otro dispositivo y se siente en perfectas
condiciones.
Ya me gradué de bachiller y me otorgaron la carrera de Ingeniería Biomédica, que estudio en el Instituto Superior Politécnico José Antonio Echeverría. Mi futuro es trabajar con implantes cocleares, trataré de estudiar mucho y de esforzarme, aseveró.
“Si no existiera el programa diseñado por el Comandante yo estuviera en una escuela especial, hablaría por señas y estaría en un mundo distinto, pero con el implante coclear se acabó el silencio", enfatizó el joven.
También agradeció a un grupo de doctores y rehabilitadores, a las enfermeras y a todos los que le ayudaron a mejorar la audición y el habla, y contribuyeron al tratamiento, acotó.
Refiere el joven pinareño que después de la primera operación él no caminaba por las secuelas de la enfermedad y poco a poco lo rehabilitaron.
Gracias al sacrificio de mis padres y a la Revolución cubana hoy
día soy un joven alegre y feliz, concluyó.
Iris de Armas Padrino
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19 Septiembre 2016
19 Septiembre 2016
hace 8 años