La Habana, 13 nov (ACN) El Instituto de Investigación Porcina desarrolla siete líneas de trabajo enfocadas en nuevas fuentes de alimentación no convencionales para la crianza de cerdos, informó el Doctor en Ciencias Carlos Manuel Abeledo García, director de investigaciones de la entidad, a la página web del Ministerio de la Agricultura (Minag).
Abeledo explicó que la alimentación constituye el principal reto de la producción porcina, pues requiere fuentes proteicas, energéticas, vitamínicas y minerales, cuya ausencia afecta el crecimiento y la salud de los animales.
El especialista señaló que se trabaja en la utilización de recursos naturales y disponibles en el país, con el propósito de transformar el sistema productivo y garantizar mayor eficiencia en la crianza.
Entre las demandas tecnológicas en curso figuran esquemas de tratamiento estratégicos y certificación de productos para mejorar la producción, métodos biotecnológicos en la reproducción y estudios de la tasa de ovulación de la raza criolla.
También se investigan soluciones de adaptación y mitigación ante el cambio climático, así como la depuración de aguas residuales porcinas integradas a la producción de energía renovable, obtención de abono orgánico y ahorro de agua.
El instituto cuenta actualmente con 10 proyectos en ejecución que responden a todas las líneas de investigación, en coordinación con productores, estudiantes y obreros, lo que enriquece el trabajo científico y práctico.
Abeledo destacó que, tras los cambios en el sistema de ciencia, la entidad se insertó en programas nacionales, sectoriales y territoriales, buscando financiamiento externo y alianzas con otras instituciones para sostener sus proyectos.
El programa ganadero porcino en Cuba, dirigido por el Grupo Empresarial de Producción y Comercialización Porcina, subordinado al Minag, tiene como misión garantizar el desarrollo sostenible de la producción de carne de cerdo, considerada la principal fuente de proteína animal en la dieta de la población.
Este sistema productivo se organiza en ciclo cerrado, que abarca la genética, la reproducción, la cría, la ceba y el procesamiento, lo cual permite asegurar calidad y eficiencia en cada etapa.
