Las Tunas, 22 may (ACN) Las pretensiones del cuerpo de dirección de Las Tunas con Yanielquis Duardo para nada resultan un secreto, por el contrario, a viva voz esparcen la idea de convertir al espirituano, con la ayuda de Alberto Pablo Civil, en seguro de vida para los Leñadores en las postrimerías.
Pese a las responsabilidades adjuntas a la faena de cerrador, pocos imaginaron cómo sería el debut de Duardo y cuán pronto acontecería, con un desempeño que abrió las puertas al primer éxito tunero en las semifinales de la III Liga Élite del Béisbol Cubano (LEBC).
Con bases llenas y apenas un out en la última entrada, el serpentinero conservó la ventaja de los suyos con un dramático ponche para el out 27 y, de esta manera, prolongar su paso inmaculado en cuanto a rescates, pues ha saldado las seis oportunidades de salvados en las que ha intervenido.
La serenidad acompañó a Yanielquis en cada envío durante los momentos de tensión, los cuales superó gracias a que el “mejor lanzamiento resulta la tranquilidad a la hora de trabajar porque suelo hacerlo en momentos complicados, con diferencias mínimas que demandan de total concentración”.
El “tirador” de 35 años, con más de mil innings en la hoja de servicios a lo largo de 13 temporadas, encuentra en la selección verdirroja la posibilidad de escalar a lo más alto del podio, aunque para ello deberán superar disímiles obstáculos, pues los play off apenas comienzan.
“Quiero agradecer al equipo por la acogida, tan solo llegar me recibieron como la familia que son, al verme como un leñador más y pienso dar lo mejor de mí en la búsqueda por el campeonato”, admitió el trinitario en conversación con la Agencia Cubana de Noticias.
El tránsito de Yanielquis Duardo por los diamantes beisboleros está marcado por la superación personal y la máxima de encarar los inconvenientes, como lo fue aquel accidente a caballo que lo apartó de la 60 Serie Nacional, con la actitud de un gallo de pelea.
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