Las Tunas, 18 jun (ACN) Lo impensado hace algunos años, dadas las políticas que regían el deporte, constituye por estos días una realidad para el béisbol cubano con el regreso de varios peloteros al sistema competitivo nacional, luego de probar fortuna en academias y ligas foráneas.
El retorno a casa de Osmani Urrutia Jr extiende la lista de tuneros que probaron su talento en otras latitudes y volvieron a sitio seguro con el uniforme de los Leñadores, la cual iniciaron los hermanos Baldoquín (Roberto y Jean Lucas), además de las recientes incorporaciones de Maykel Jordan Molina y Luis Pérez Hemmings en el pasado reciente.
Una vez asentado en República Dominicana el primogénito del “Señor 400” provocó el interés de varias organizaciones de las Grandes Ligas (Major League Baseball), pero la firma se hizo esperar aunque el jugador mejoró en sus herramientas físicas desde aquel 2021 hasta la fecha.
Ha sido una experiencia muy grande el estar fuera del país porque se entrena de manera muy distinta, regresé con la idea de aportar lo aprendido y así contribuir a los Leñadores a un campeonato más, declaró Urrutia Jr a la Agencia Cubana de Noticias.
Mientras el padre emprende su andadura en la faena de director del sub 23 de Las Tunas, el hijo aguarda con ansías la Serie Nacional de Béisbol (SNB), por ello volvió a la rutina de preparación con la ambición de llegar en óptimas condiciones desde el instante inicial cuando Abeysi Pantoja reagrupe sus efectivos en aras de retener la corona en clásicos domésticos.
Estuve jugando los jardines y también en la primera base, vengo dispuesto a participar en la posición que necesite el equipo, siempre con la mentalidad de dar lo mejor de mí en cada momento, admitió el joven talento.
Habilidades defensivas como un desplazamiento por encima de media y un potente brazo, además de las cualidades propias de bateador que corren en el ADN familiar distinguen al muchacho, quien viene a impulsar aún más el relevo generacional que demanda la selección del Balcón de Oriente.
El apellido Urrutia renueva votos con los colores verde y rojo, después de germinar una de las historias más prolíferas del pasatiempo cubano, gracias a las trayectorias de Ermidelio, Osmani y Henry.