Roxana Hernández Puente | Foto: Cortesía de la entrevistada
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23 Agosto 2023

 

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Taguasco, Sancti Spíritus, 23 ago (ACN) Ileana Maceda Hernández, parcial del barrio Occidente en la parranda del poblado de Zaza del Medio, en esta localidad, apenas requiere presentaciones en esta geografía, pues desde hace varios años su vida gira en torno a una festividad que, junto a otras similares del centro de Cuba, fue declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

Fue el amor por las carrozas y el arte de la pirotecnia inculcados por su padre José Maceda (El Gallego) y su madre lo que llevó a esta mujer que ha recibido reconocimientos en el ámbito cultural ha convertirse en una parrandera por excelencia, como se autodefine en los inicios de la conversación con la ACN.

Carpintero de profesion y, oficialmente, jefe de carpintería en el barrio del Perro, El Gallego contribuyó a fomentar esa pasión desde muy niña; pero mi madre también participaba en las diferentes decoraciones y todo ello me llevó a enamorarme de este mundo, subrayó.

Conocedora a fondo de cada detalle de los festejos de fuerte arraigo popular y que promueven la identidad de los pueblos, Ileana tiene el privilegio de haber vivido momentos excepcionales con las llamadas carrozas monumentales, verdaderas obras de arte que atrajeron a personalidades como el maestro de la plástica Manuel Mendive.

La farmacéutica y artista aficionada significó el trabajo de quienes a lo largo del tiempo han mantenido viva una celebración muy esperada; antes, por ejemplo, todo se hacía en el propio barrio: la carpintería, la electricidad, la decoración, las comparsas, las carrozas bailables, y ello implicaba un esfuerzo extraordinario, aseveró.

Sin dejar a un lado la situación económica actual que obliga a buscar múltiples alternativas, Ileana Maceda Hernández es una fiel defensora del legado de los parranderos que aún se recuerdan en el pueblo de Zaza del Medio.

NO podemos dejar morir la parranda, sus esencias, acotó, tenemos que enseñar a las nuevas generaciones y, sobre todo, urge lograr la unidad de los barrios y rescatar a aquellas personas que sienten esta pasión como muchos de los que estamos aquí.

Igualmente habló con emoción de lo que entraña para el pueblo dedicar los festejos a quienes han consagrado su vida a estas celebraciones, personas con una labor que merece el mayor de los homenajes.

Hay compañeras que hoy están jubiladas y todavía vienen a preocuparse por lo que falta por hacer, por ayudar con cualquier detalle de vestuario o decoración y esa es la esencia de la parranda, una tradición popular, un arte que vale la pena disfrutar una y otra vez, manifestó.

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Con una sonrisa que delata su entrega, Ileana aseguró que uno de los mejores momentos es el día de armar la carroza, de salir el barrio, y cuando las cosas están bien, te sientes satisfecha y realizada, refirió, porque, pese al cansancio y las horas de desvelo, ves a un pueblo entero disfrutar de tu trabajo.

Insistió en que este año la parranda tendrá lugar el 23 de septiembre, pero entre los mayores anhelos de sus organizadores está rescatar la fecha originalmente escogida.