La Habana, 1 may (ACN) La Plaza aguarda expectante y retadora para vestirse en pocas horas de las postales icónicas de un 1ro de Mayo que, tras dos años, recupera un espacio habitual de reencuentros en tantas citas pasadas y futuras.
Una Plaza íntimamente ligada a una Revolución irreverente y transgresora, a semejanza del pueblo humilde y trabajador que la protagoniza en cada batalla cotidiana y una vez más la hace suya para reiterar los porqués de un proceso inacabado en la causa común de alcanzar toda la justicia posible.
Imágenes de banderas, pancartas y bloques compactos reproducidas en las retinas trasnochadas del obrero o el joven que tomó por asalto sus centros laborales o de estudios para celebrar la fiesta proletaria con congas, partidas de dominó y otras iniciativas tan fértiles como la imaginación resiliente del cubano.
Para un pueblo como el de la mayor de las Antillas, enmarcado por la capacidad de reinventarse frente a la adversidad, retornar a este escenario luego de dos años de ausencia forzosa, reviste en sentidos profundos que trascienden los simbolismos propios y ajenos, así como el cálculo frío del enemigo en su intención de conseguir con la asfixia la rendición que nunca lograrán en el plano de las ideas.
La conmemoración del Día Internacional de los Trabajadores en Cuba es una provocación constante para revindicar el poder de los oprimidos cuando la resistencia y la dignidad son la divisa no negociable de la victoria.
Asistir a ese mismo escenario donde, hoy hace 25 años, el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz pronunció al mundo su concepto preclaro de Revolución refrenda la unidad mayoritaria de los habitantes del caimán rebelde en torno a los principios más enraizados en el alma de la Patria.
Por la convicción de que el futuro pertenece a los que luchan, por los que sufren hoy bajo carencias impuestas por cercos económicos o bajo las bombas y la metralla de la agresión imperialista despiadada, por los olvidados y desposeídos de siempre, por la humanidad mejor que aún queda por conquistar: ¡Por esas motivaciones los cubanos proseguirán la marcha!