Artemisa, 13 nov (ACN) A su lado quien parece perezoso es el Sol; ellos se le adelantan en su misión de dar luz: antes del primer rayo de la mañana ya calzan botas, visten overol y cascos… y emprenden una nueva jornada para devolver el servicio eléctrico a cada lugar de Artemisa y Pinar del Río.
Son los trabajadores y técnicos de la Empresa de Construcción de la Industria Eléctrica (ECIE), que laboran en una línea de alta tensión, justo en el kilómetro 32 de la Autopista Habana Pinar, donde el huracán Rafael derribó seis torres.
El ingeniero Adalberto Domínguez Gálvez, jefe del departamento de Líneas de esa empresa, explicó a la ACN que las torres de 220 Kv tardarán 20 o 25 jornadas más, pues detuvieron los trabajos con tal de poner en servicio las líneas de 110 Kv, más fácil y rápido, con el objetivo de dar corriente a la población.
Refirió que esa línea de alta tensión dispone de un circuito caliente a 220 000 volt, que va desde Mariel hasta la subestación de Pinar, y garantiza una confiabilidad mejor a Artemisa, al servirle cuanta energía demande.
Pero todavía esa línea puede esperar un poco, pues, aunque limita la transferencia hacia Pinar, ya a esa provincia le llega el servicio, acotó.
Domínguez Gálvez precisó que calentaron las líneas de 110 Kv que alimentan Bahía Honda, Pinar del Río y Artemisa desde Mariel, actualmente energizadas y en servicio.
Agregó que también en Paso Real de San Diego, y así llegaron a Pinar y a la subestación Artemisa, con lo cual algunos de sus circuitos tienen energía.
Corresponde el turno ahora a Mariel, Cabañas y Quiebra Hacha, hacia donde trasladaron 12 brigadas, señaló.
La ECIE ha dispuesto en la provincia brigadas de Santiago de Cuba, de Camagüey, Sancti Spíritus, Matanzas, Ciego de Ávila, Villa Clara y Pinar, una de Holguín a cargo del ensamblaje de las torres derribadas y otra de Ciego de Ávila de ensamblaje de estructuras, un total de 120 hombres y mujeres, entre técnicos y demás, reveló.
Según el jefe del departamento de Líneas, el ánimo es de echar el resto en Artemisa, para eliminar cuanto antes la avería en la línea de alta tensión, en jornadas que comienzan a las 7:00 de la mañana y, a veces, a las 10:00 de la noche, no han regresado del campo.
Destacan hombres como Carlos Rojas González, quien dice que este es un trabajo bonito y a la vez peligroso, pero saca el coraje de adentro… y de los años en el oficio; igualmente otros, como su coterráneo Alberto Pérez Rodríguez, quien ha perdido la cuenta de huracanes en sus historias de hacer luz, y después de Oscar llegó a curar las heridas dejadas por Rafael.