José Manuel Lapeira Casas I Foto: Cortesía del Cuerpo de Guardabosques de Cuba
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01 Febrero 2024

La Habana, 1 feb (ACN) La educación preventiva de los ciudadanos para reducir el número de indisciplinas que conducen a la ocurrencia de incendios forestales constituye hoy la principal prioridad de la campaña a desplegar en 2024 para reducir riesgos.

   Así lo dio a conocer, en conferencia de prensa realizada en el Memorial de la Denuncia de esta capital, el coronel Manuel Lamas Gómez, jefe del Cuerpo de Guardabosques de Cuba, quien identificó los meses de enero a mayo como los de mayor peligro, coincidiendo con la época menos lluviosa en el país.

   El especialista explicó que de acuerdo a los pronósticos del Instituto de Meteorología (INSMET) el territorio nacional se encontrará bajo los efectos del fenómeno climatológico El Niño que incide en la caída de precipitaciones superior a la media histórica en el pasado mes de enero y lo que resta de febrero, aunque marzo y abril continúan con el riesgo y será en los que ocurrirá la gran mayoría de los siniestros previstos para el período.

   Indicó que gracias a esos factores, se estima que la presente campaña será de menor intensidad que la anterior donde se detectaron 613 incendios forestales que cubrieron 13 mil 969 hectáreas (ha) de bosques y casi 500 de herbazales de ciénaga.

   Precisó que los territorios más afectados en ese apartado fueron Pinar del Río (114 incendios), Holguín (79), el Municipio Especial de Isla de la Juventud (69), Artemisa (45) y Matanzas (40), con especial mención al ocurrido en Pinares de Mayarí donde se registraron grandes daños ambientales en cuatro mil 638 ha de bosques que fueron arrasadas por el fuego en una zona de alto endemismo vegetal y gran variedad de la fauna.

   Aunque se reportaron gran número de siniestros, 2023 confirmó una tendencia al decrecimiento de las áreas boscosas afectadas por estos eventos gracias a los sistemas de alerta temprana y respuesta rápida que han permitido controlar alrededor del 70% de los incendios antes de que las llamas cubran más de cinco hectáreas, lo cual es potenciado por la gran participación popular asistida por los pobladores locales, acotó.

  Lamas Gómez insistió en que en más del 90 por ciento (%) de los casos se logró identificar la actividad humana como el origen de la catástrofe, asociadas principalmente al uso del fuego para actividades agrícolas sin la debida autorización, la presencia de cazadores y pescadores furtivos, la circulación de vehículos sin mata-chispas, la acción de fumadores o transeúntes irresponsables y la minería ilegal, entre otras razones.

   Expresó que esto contrasta con que solo el 2 o 3% de los incendios inician por causas naturales como las descargas eléctricas, la sequía y el calentamiento resultado del cambio climático, lo cual evidencia la necesidad de trabajar por la concientización de las personas para cambiar conductas y comportamientos ponderando siempre que se juega en cada incendio la vitalidad de la naturaleza.