Santiago de Cuba, 9 nov (ACN) La misión esta vez es trasladar alimentos hacia zonas incomunicadas por el colapso de las vías terrestres tras el desbordamiento de ríos durante el paso del huracán Melissa; a bordo de un helicóptero MI-17, una tripulación de cinco oficiales de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), encabezada por el mayor Elio Torres Mendoza, jefe de nave, ejecuta operaciones de respuesta a los daños provocados por el evento meteorológico.
¿Qué representa para usted intervenir en la transportación de alimentos y otros recursos básicos para damnificados por el huracán?
Esta ha sido una tarea profundamente humana e importante, dijo. Como Fuerza Aérea hemos trasladado recursos básicos que hoy son vitales, sentimos que estamos aportando un grano de arena para que nuestro pueblo no quede desamparado.

A veces tenemos que llegar a lugares intrincados, de complejísimo acceso, para llevar la ayuda que esos municipios necesitan; saber que nuestro aporte llega en momentos tan duros nos llena de orgullo, tanto a la Fuerza Aérea como a cada uno de nosotros como cubanos.
En esas condiciones, ¿qué sensaciones experimenta?
Es una labor sacrificada, pero extremadamente digna: estamos entrando a zonas intrincadas, con caminos destruidos y puentes arrastrados, muchas comunidades quedaron aisladas, la vía aérea ha sido, en varios casos, el único medio posible para llegar con los recursos dirigidos a quienes perdieron su vivienda o parte de sus bienes, y eso nos compromete más aún: sentir que somos parte del esfuerzo para que nuestro pueblo no quede solo, que estamos ahí, que damos el paso al frente.
Hay países donde estas capacidades no existen o no se ponen en función de la gente, Cuba sí, nuestra nación no deja a nadie desprovisto de atención.
¿Cómo sobrelleva estar lejos de la familia en medio de esta contingencia?
Uno siente tristeza por estar lejos, pero también sabe que cada misión se traduce en esperanza, en protección y en apoyo a muchas personas, y eso lo comprenden nuestros seres queridos.
Mi familia, en Manzanillo, está orgullosa, ellos saben que estamos ayudando a otros cubanos en una situación difícil, que sabremos levantarnos; por eso, todo el tiempo nos transmiten fuerza para seguir.
¿Qué misiones lo han marcado más en estos días?
No estuve directamente en los rescates iniciales, pero sí participé en evacuaciones de personas en zonas previstas a inundarse, y en el traslado de alimentos hacia lugares muy difíciles de acceder por la destrucción de puentes y caminos.
Por ejemplo, volamos hacia la comunidad 13 de Agosto y también al Uvero, donde llevamos productos de la canasta familiar normada a la población; la única vía posible era el aire, esas operaciones nos marcaron a todos.
Volar siempre entraña riesgos... ¿Cómo lo manejan ustedes?
Estar aquí es un riesgo, sí, pero estamos preparados para cualquier misión, es nuestro deber y lo asumimos. Las FAR son parte de esta Revolución que no deja a nadie atrás y nosotros, como hijos de este pueblo, estaremos ahí cada vez que haga falta, finalizó.

Nacido en Manzanillo y radicado en Holguín, el mayor Elio Torres Mendoza resume la esencia de los cientos de hombres y mujeres de las FAR que han desplegado helicópteros, tropas, logística y capacidad operativa para llegar hasta donde haga falta, en medio de las severas afectaciones que dejó Melissa.
Su testimonio es el de un cubano que ha hecho de la Patria su familia; con 15 años de experiencia, ha participado en misiones de apoyo a la población como parte de la respuesta del Estado cubano ante situaciones excepcionales, como la pandemia de COVID-19, el incendio en la Base de Supertanqueros de Matanzas y varios huracanes, sobre todo en el oriente del país.
Su voz encarna la dedicación de las mujeres y hombres que, desde el aire, garantizan que la solidaridad y la protección lleguen a cada rincón de este archipiélago, sin dejar a nadie atrás.
