Jorge Legañoa Alonso
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26 Noviembre 2016

chavez-fidel3.jpgLa Habana, 26 nov (ACN) En una ocasión, en tiempos difíciles para Fidel, el líder bolivariano Hugo Chávez le envió un mensaje: "Gallo viejo, ¡venceremos!", desde entonces esa frase ha quedado para exhortarnos a continuar ante los momentos duros de la vida.

Raúl, con el dolor ineludible de hermano, ha despedido esta noche al líder de la Revolución cubana, el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz: “¡Hasta la victoria, siempre!”.

Alguien pregunta que hubiese dicho Chávez en este minuto de dolor.

Pasan unos segundos antes de que brote la respuesta que no puede ser otra: Fidel no ha muerto, vive en millones de corazones y la lucha sigue.

Ninguno de los dos hubiese permitido la derrota ante la muerte, esa no es una opción.

Quedó claro el mensaje, se lo escuchamos en una ocasión a Fidel: “Te exhorto a que continúes”.

chavez-fidel.jpgFrases de apoyo y aliento que cruzaron Chávez y Fidel una y otra vez, como padre e hijo que se amalgamaron en la lucha y en lo humano, que se reconocieron como compañeros de combate y de victorias.

El bolivariano le gastaba innumerables bromas, narraba historias de sus encuentros y que Fidel afirmaba estaban fabuladas, pues Chávez rellenaba los cuentos.

Una de esas anécdotas, de puño y letra de Hugo, cuenta que llegó a La Habana en momentos difíciles, poco después de la medianoche y enseguida le llegó un mensaje del líder cubano: “Díganle a Chávez que yo estaba en Venezuela y acabo de llegar a Cuba”.

Y terminó el venezolano: “Así somos”. Y es que eso era, como uno solo.

Contó Chávez que en una ocasión le regalaron dos polluelos que se convirtieron en tremendos gallos, pero peleaban entre ellos y uno salió herido, se lo llevaron y no volvió.

El otro llegó a ser un gallo viejo y no quería cantar. Rememoró el bolivariano que le decía: “Gallo viejo, canta”.

El mandatario venezolano le puso a ese gallo Fidel: “Fidel, canta”, le decía, pero no lo hizo.

chavez-fidel2.jpgEntonces Chávez comenzó a decirle: “kikirikí”, y el que respondió fue su hijo, un gallo rojo. Y le dijo al viejo: “¡Ah, gallo viejo!, ya no sirves para nada”.

Entonces se fue caminando, porque estaba haciendo ejercicios y cuando iba saliendo del patio, en lo alto de la azotea, cantó el gallo viejo.

Volteó y le gritó: “¡Eso, Fidel, gallo viejo, venceremos!”.

Y es que Fidel Castro se fue invicto, intentaron asesinarlo –más de 600 planes se contabilizan–; pero no pudieron callarlo.

El líder de la Revolución volvió a zarpar, como hace justamente 60 años en el Granma rumbo a Cuba, y los ideales de justicia perduran, se engrandecen, han ido germinando.

Ahora lo veremos en cada pecho de cubano, luchando por las nobles razones, y como Chávez, le volveremos a gritar: Fidel, gallo viejo, ¡venceremos!