Aquí nunca se ha apagado la llama, me dijo Reynaldo Góngora Castillo, tras invitarnos a pasar para que viera su rincón cederista en su modesta casa, donde vive con su esposa Migdalia.
Miren, explica Góngora, tenemos un álbum de la historia de la Revolución --incluidas las 18 veces que Fidel visitó a la provincia de Las Tunas-- que comienza con el 16 de octubre de 1953, cuando el líder histórico de la Revolución cubana pronunció el alegato de autodefensa durante el juicio por los asaltos a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes.

A partir de esa fecha inicia una variopinta exposición que Góngora y su esposa Migdalia Igarza Ávila llevan de la mano y refleja todo lo que acontece en los CDR y momentos importantes de la historia de la localidad.
Y cuando Góngora va enseñando los reconocimientos hechos a su CDR, el “Luis Urquiza”, de la ciudad de Las Tunas, hace una pausa para recordar: “Alguien pasó por la calle hace unos meses diciendo, estos van a ser los primeros que vamos a colgar con un pelo de alambre.
"En esa ocasión sonreí –amplía— miré cómo la persona se alejaba y al otro día en nuestra improvisada exposición coloqué una imagen del Comandante Juan Almeida Bosque, y debajo del cartel puse: Aquí no se rinde nadie”.
Migdalia, presidenta del CDR y de la zona 8 Rafael Trejo, interviene para mostrar el álbum de la comunidad, se detiene y señala: “mira este es un acto de bienvenida a una recién nacida, que ya es una mujer con nietos”.
Y seguidamente muestra todo lo ocurrido en la organización y los reconocimientos recibidos, en primer plano el Premio del Barrio, conferido hace una década, y a continuación el bate aniversario 60 de la mayor organización de masas en Cuba, entregado por el Héroe de la República de Cuba y actual coordinador nacional, Gerardo Hernández Nordelo.

Aprovechamos la presencia de Gerardo para, en nombre de nuestro CDR, entregar en aquel entonces una canastilla para su hija Gema, dice Migdalia.
Antes de la despedida el matrimonio, quiso mostrar su patio de referencia, con sembrados de mango, guayaba, anón y guanábana. Parte de esos frutos –puntualizan— lo repartimos a los vecinos, pero a decir verdad ellos también nos dan de lo que tienen.
Horas después del diálogo, esta pareja cederista ejemplar, portafolios en ristre, cogió calle 24 de febrero arriba hacia la casa de una familia o institución a llevar un mensaje o aliento.
Ambos de baja estatura, con 55 años de matrimonio y más de ocho décadas de vida, esa pareja ya es parte de la historia cederista de Las Tunas y de toda Cuba, que en esta jornada dominical festeja el aniversario 65 de los CDR.