¡Yo soy el maestro!
¡Yo soy el maestro! La respuesta de aquella voz casi adolescente, transparente y sin miedo alguno, retumba aún en cada rincón de Limones Cantero, en la serranía de esta localidad; era el 26 de noviembre de 1961 y el nombre de Manuel Ascunce Domenech quedaría inscrito desde entonces en la historia patria.
Autor: Oscar Alfonso Sosa I Foto: Vicente Brito/Escambray.
