La Habana, 31 may (ACN) Cuba intensifica su lucha contra el tabaquismo mediante el Programa Nacional de Prevención y Control contra este flagelo, con repercusión negativa en la salud individual y colectiva.
A propósito hoy del Día Mundial Sin Tabaco, Elba Lorenzo Vásquez, especialista de Prosalud, refirió a la ACN que las instituciones sanitarias lideran estrategias intersectoriales para reducir el consumo de esta sustancia nociva en la población, evitar la iniciación en la adicción antes de los 20 años y disminuir el tabaquismo pasivo en espacios públicos y laborales.
Como programa multidisciplinario, participan los organismos de la Administración Central del Estado junto las organizaciones políticas y de masas, y tiene una estructura organizativa a todos los niveles del sistema de salud, qué diseña y ejecuta acciones en todos los territorios, apuntó.
López Vásquez destacó el fortalecimiento de iniciativas de vigilancia, protección contra el humo de tabaco, tratamientos de cesación, campañas educativas y cumplimiento de regulaciones legales, que evidencian cómo es preciso abordar el tabaquismo como un problema de salud pública prioritario.
En el nivel primario de atención, los consultorios del médico de la familia desempeñan un papel clave en la prevención, ofreciendo orientación personalizada y promoviendo estilos de vida saludables en la comunidad, aseveró.
Además resulta esencial la labor de los profesionales de los policlínicos y hospitales, que cuentan con salas de rehabilitación y equipos multidisciplinarios para brindar asistencia y apoyo a quienes desean abandonar el hábito de fumar, dijo la propia fuente.
En correspondencia con la Resolución Ministerial 135 de 2024, aprobada por el Ministerio de Salud Pública, se han establecido zonas libres de humo en instituciones médicas y educativas, así como restricciones en la publicidad y venta de productos de tabacos.
Actividades comunitarias y educativas en diversos escenarios buscan reforzar el conocimiento sobre los efectos del tabaquismo y los beneficios de su abandono, contribuyendo al bienestar de las personas.
En la actualidad, el consumo de tabaco es una de las principales causas de enfermedades crónicas y muertes prevenibles en el mundo, como la bronquitis crónica, enfisema pulmonar y cáncer de pulmón, así como padecimientos cardiovasculares, hipertensión arterial, infartos y accidentes cerebrovasculares.
También está vinculado a distintos tipos de neoplasias incluyendo el de laringe, boca, esófago, vejiga urinaria y páncreas y afecta la calidad de vida al aumentar el riesgo de diabetes tipo 2, osteoporosis y envejecimiento prematuro.