Niños, adolescentes y jóvenes sueñan con un Código inclusivo

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ACN - Cuba
Gabriela Camila Castellanos Mora | Fotos: Mónica Batista Cisneros
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27 Mayo 2025

   El anteproyecto del Código de la Niñez, Adolescencias y Juventudes se encuentra actualmente en proceso de consulta popular, y los debates en los institutos preuniversitarios (IPU) cubanos resultan fundamentales para garantizar a esos sectores etarios una protección más efectiva y justa de sus derechos.

   A propósito, Cecilia, Yerdani y Fabio son tres adolescentes que cursan el décimo grado en el IPU Tomás David Royo Valdés, del Vedado capitalino, y decidieron conversar en exclusiva con la Agencia Cubana de Noticias para dar a conocer sus criterios acerca de la normativa.

En materia de derechos: ¡Todos somos importantes!

   Cecilia Rodríguez de la Torre reconoció la relevancia de tener en todos los entornos la misma protección sin importar raza, sexo y género, comenzando por la familia.

   En su caso siempre se respetó su opinión y contó con el apoyo de las personas más cercanas: “Vengo de una familia de artistas y también quiero serlo, ellos son muy abiertos a cualquier idea que tenga”.

  

Para Fabio Corujo Baeza el Código es necesario, pues no en todas las ocasiones los adultos a los más jóvenes de la casa expresarse por ser los menores de la familia, cuando en realidad todo criterio resulta válido.

   “Tanto en casa como en la escuela siempre se ha respetado mi opinión y nunca he sido víctima de discriminación, pero no ocurre igual con todos mis contemporáneos”, agregó.

   Fabio refirió que en el Código no puede faltar el amparo a los adolescentes y el respeto a las diferencias.

   Yerdani Sotolongo Salazar señaló que en el seno de su núcleo familiar siempre se tiene en cuenta su criterio, en cambio, en la escuela no ocurre de la misma forma.

   “Mi madre me brinda espacio y privacidad, y aunque nunca he sido discriminado en mi centro de estudio, no siempre le dan voz a mis palabras”, indicó.

   ¿Qué plantean los jóvenes sobre la incorporación al trabajo a temprana edad?

   Existen jóvenes que conviven con sus abuelos, por ejemplo, y necesitan de un trabajo a fin de generar ingresos extras, ser independientes y ayudar en casa, y pese a su juventud y estar en edad escolar, bien pudieran combinar ambas responsabilidades si lo desean, explicó Cecilia.

   Si el adolescente está en condiciones de hacerlo, entonces la ley debería amparar ese derecho, porque ellos tienen el derecho de elegir si trabajar o continuar estudiando, concluyó.

   Fabio considera importante incorporar a la ley ese aspecto del trabajo, ya que muchos jóvenes afrontan cada día una situación familiar compleja.

   “A veces un salario no es suficiente para mantenernos a todos. Además, la toma de decisiones también se ve reflejada en ese sentido”,  añadió.

   Mientras tanto, Yerdani aseguró que si se encuentra cursando los estudios preuniversitarios en estos momentos fue porque él mismo lo eligió, pero sí tiene claro que al concluir el duodécimo grado comenzará a trabajar para ayudar a su madre, porque es hijo único.

   “Si los jóvenes desean tener empleo antes de los 18 años debería existir una ley que ampare ese derecho; a muchos no les gusta estudiar y esa garantía también pudiera evitar que estuviesen en las calles actuando de manera indebida”, puntualizó.

   Ante la vulnerabilidad de muchas familias y la compleja situación de la actualidad en la sociedad cubana, y que cada día las instituciones del país intentan erradicar, los tres entrevistados coincidieron en que la escasez económica no es motivo para incurrir en delito alguno o en el consumo de drogas.

   “Queremos que esa política se parezca más a nuestros jóvenes”

   Luis Alberto Rodríguez Alfonso, director del preuniversitario, declaró que el anteproyecto se ha analizado en matutinos, turnos de debate y reflexión; se han creado murales de divulgación y también plataformas digitales para estar más a tono con la juventud,  porque es a lo que se aspira.

   “A ellos es a quienes se dirige y queremos que esa política se parezca más a nuestros jóvenes, nuestros niños y nuestros adolescentes”, destacó.

   Rodríguez Alfonso explicó que el IPU Tomás David Royo Valdés, de una matrícula de 475 alumnos, que refleja una clara diversidad.

   Existen adolescentes diagnosticados con Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH), con distintas creencias religiosas, color de piel y género, sin embargo, se insertaron a todas las actividades y al centro en general.

   Sería imposible hablar de inclusión educativa sin mencionar a los TDAH, y aseguró que son alumnos muy inteligentes, pero requieren  que se les dedique el tiempo necesario para desarrollar con eficacia sus habilidades.

   El futuro código no sólo refleja un compromiso con el bienestar de las nuevas generaciones sino que también sienta las bases para una sociedad más justa e inclusiva.

   A medida que se avanza hacia su adopción, es fundamental que todos los actores involucrados –familias, educadores y autoridades- se unan en la defensa y promoción de estos derechos para asegurar que cada niño y adolescente pueda crecer en un entorno seguro y equitativo.

   La letra del Anteproyecto del Código de la Niñez, Adolescencia y Juventud está publicada en el sitio oficial del Ministerio de Educación de Cuba, disponible para descarga en formato PDF, y para emitir criterios y sugerencias.