Los CDR, 65 años en el ahora, el devenir y la historia

CDR

Compartir

ACN - Cuba
Martha Gómez Ferrals
61
26 Septiembre 2025

    En el aniversario 65 de su fundación, el 28 de septiembre de 1960, los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) se afincan en el ahora de los cubanos con tareas perentorias y sin perder jamás la esencia del objetivo de su nacimiento, a iniciativa del líder Fidel Castro Ruz.

   Reportes de sus filas establecen que más de ocho millones de nacionales integran  la más grande de las organizaciones no gubernamentales existentes en el país, una masa de adolescentes, jóvenes adultos y adultos mayores de todos los sectores y localidades de la geografía nacional.

   Los une el patriotismo y muchas veces convicciones y principios políticos forjados por  la historia, no en un día, algo que explica a ojos ajenos el porqué de su permanencia y compromiso.

   Como casi siempre ocurre, nada mejor que viajar hacia la noche del día de septiembre antes citado y recordar las históricas palabras del Comandante en Jefe, cuando anunció: “Vamos a establecer un sistema de vigilancia revolucionaria colectiva”, ante una multitudinaria manifestación que lo escuchaba en los alrededores del Palacio de la Revolución.

   Hoy se evoca como un momento casi mítico. Tras la explosión de un petardo colocado con fines intimidatorios por elementos contrarrevolucionarios, sin embargo, los participantes del acto –casi un millón de habaneros- no se amedrentaron y cantaron el Himno Nacional, mientras seguían oyendo y vitoreando a Fidel.

    Este añadió: “Están jugando con el pueblo y no saben todavía quién es el pueblo; están jugando con el pueblo y no saben la tremenda fuerza revolucionaria que hay en el pueblo”.

   Ciertamente la vigilancia revolucionaria, la defensa contundente de la obra de la Revolución, era la función principal de los combativos CDR de entonces, los cuales contribuyeron a desarticular células quintacolumnistas al servicio del imperio, a los seis meses y unos días de fundados.

   Desde el inicio su radio de acción, fueron y han sido hasta hoy todas las cuadras y barriadas cubanas, del campo y la ciudad, cada vez con más estrecha articulación con instituciones como los ministerios de Salud Pública y Educación, principalmente, para prestar un servicio más integral a la sociedad.

   La lista sería muy extensa si se habla del caudal de acciones y programas sociales de todo tipo que forman parte del tejido social cubano en tiempos de logros y satisfacciones, y de períodos muy difíciles de crisis económica y social catapultada por causas externas.

   Hay que destacar, no obstante, un aporte ineludible de los últimos años: el obrar que puso al país en lucha contra la COVID-19,  así como los programas contra la proliferación del vector Aedes aegypti, causante del dengue, las vacunaciones y el remozamiento de barriadas desfavorecidas.

   Una suerte de bandera del activismo “cederista” es la  contribución de miembros de la organización, a lo largo de muchos años, a las donaciones de sangre que se realizan al servicio del sistema de salud.

   Y son innumerables las cientos de horas aportadas a los programas agropecuarios, a la recuperación de comunidades y municipios, limpieza e higienización de barriadas que han sido devastadas por los huracanes que con frecuencia afectan al país por su ubicación geográfica, aunque en el archipiélago funciona un sistema de protección y enfrentamiento muy bien engrasado y activo.

   Se considera relevante el aporte de la organización al trabajo de antesala a  la aprobación de la Carta Magna de 2019, al facilitar el conocimiento de los textos.

   Lo mismo sucedió con el Código de las Familias y su Referendo, faenas de alta significación política y social.

   Como se ve, la defensa de la Revolución, que no es más que la defensa del derecho de los cubanos a su soberanía, a la equidad y justicia social, se amplía y multiplica de inimaginables maneras, como reflejo de la vida misma que hoy protagonizan los cubanos, sobre todo los más sencillos y humildes.

   En una etapa de bloqueo enemigo recrudecido que agudiza las carencias de medicamentos y de servicios medulares como el transporte y el acceso a los alimentos y se mantienen todavía muy altos los precios de productos básicos, los CDR tienen un sitio definido en el haz que articula a todos los cubanos que laboran por el presente y el futuro nacionales.

   Conscientes de que no son tiempos de ceremonias, la membresía de  la organización no solo está retada a trabajar y luchar como siempre, y a defender a la Revolución, está desafiada a mantener sus sueños de prosperidad y realizaciones.

   Mantendrán los CDR su lugar en esos empeños, nadie lo dude. Por los 65 años de la historia escrita y vivida con la Revolución y Fidel.