Remedios, Villa Clara, 17 nov (ACN) Un sábado cualquiera, de noviembre u otro mes, puede ser especial en Remedios si uno de sus hijos se reencuentra con la urbe; Dani Hernández camina por Remedios para que le nazcan recuerdos, lo hace, dice porque es el sitio donde encuentra tranquilidad, donde se reencuentra con su persona, donde vuelve a ser él.
Primer Bailarín del Ballet Nacional de Cuba (BNC), una prolífica carrera que lo catapulta a la fama mundial y quizás, en Remedios, haya quien no llegue a conocerlo, sobre todo si se es joven y el mundo de la cultura, por extraño que parezca, quede ajeno.
Esta es la ciudad en la que nací, en la que realmente comenzó todo –comenta a la ACN desde una sala del Museo Caturla que ahora recorre- y que me recuerda de dónde vengo y porqué he llegado hasta donde he llegado: y todos esos valores brotan aquí; es un sitio al que quisiera venir mucho más, sentarme en el parque, mirar a la gente, porque no todos saben quién soy.
Un día de los que visita la villa Dani puede permanecer en la acera de la casa de su abuela, es la calle Independencia, una de las arterias principales de Remedios y ve pasar a la gente; para él eso es suficiente: sentir que está en la casa, escuchar el bullicio citadino, a los que le saludan, son de esas cosas con un valor emocional tan alto que no tienen comparación, agrega.
Ahora viene a Remedios –además de para saciar esa necesidad familiar, espiritual si se quiere- para saldar una deuda pendiente desde que se celebrara, en 2015, el aniversario 500 de la Villa de San Juan.
Dani Hernández ha donado unas zapatillas, sus zapatillas, al Museo de Historia Municipal, esas con las que bailara recientemente un fragmento de Giselle durante la estancia de los reyes de España en La Habana.
Esta prenda tiene un gran significado para mí, y en mi carrera, las zapatillas representan el contacto con la tierra, son mis pies sobre el escenario y que fueran precisamente las que usara durante esta presentación, dotada de una connotación cultural importante, pues las hacía el objeto casi ideal para ser exhibidas en un museo.
Hijo Ilustre del terruño villaclareño Dani aspira a que las zapatillas sirvan de inspiración para que otros tomen el camino del baile clásico, en una región donde sí hay danza, pero no tanto ballet.
Cuando en cualquier lugar del mundo le preguntan sobre su lugar de procedencia, Dani responde que, de Remedios, un pueblo al centro de Cuba.
Así crecí, así soy y nunca voy a perder mi identidad –concluye- cuando me preguntan ni tan siquiera digo que, de Villa Clara, porque más que eso, yo soy remediano.