Los Órganos de la Seguridad del Estado (OSE) fueron creados el 26 de marzo de 1959, a menos de 12 semanas del triunfo de la Revolución, por indicaciones del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, al fusionarse el Departamento de Investigación del Ejército Rebelde (Dier) y la inteligencia de la Marina junto con el órgano similar de la Policía Nacional Revolucionaria (G-2 PNR), que hasta entonces enfrentaban las acciones contrarrevolucionarias en sus respectivos ámbitos.
Tan temprana fecha de iniciación de la labor de los OSE respondió a una necesidad histórica de fortalecer el combate frente a los planes de sabotaje, incursiones de aviones piratas, primeras conspiraciones de traidores y campañas de mentiras que comenzaron a desarrollarse a partir del Primero de Enero desde el territorio norteamericano, con total apoyo de la comunidad de inteligencia estadounidense y la propia Casa Blanca.
Su fundación ocurrió en un local del antiguo campamento militar de Columbia, en medio de una reunión de trabajo de un grupo de jóvenes oficiales del Ejército Rebelde, de rostros cansados y deseosos de salir a cumplir urgentes tareas para la seguridad del nuevo estado, sin pensar demasiado en las perspectivas futuras. y no resultaba exagerado dada la tensión del momento.
Ese mismo día enfrentaron un plan para asesinar a Fidel, preparado por Rolando Masferrer, exjefe paramilitar y connotado asesino, quien exiliado en EE.UU. envió a dos infiltrados a atentar contra el Comandante en Jefe en las cercanías del entonces Palacio Presidencial, lo que fue frustrado aunque los terroristas después de un tiroteo pudieron huir.
Ni La sede de la incipiente jefatura de la Seguridad del Estado era un lugar seguro al estar muy cerca de las instalaciones del entonces jefe de la Fuerza Aérea Rebelde, Rafael Díaz, el cual junto a varios de sus colaboradores conspiraban para sublevarse con los aviones y atacar la zona. Pocas semanas después desertó y se instaló en Estados Unidos, pero regresó en un avión a bombardear La Habana.
Hasta ese momento las victorias de la CIA en el derrocamiento de gobiernos progresistas se alcanzaron a costa de Estados que, aun cuando desarrollaron procesos revolucionarios limitados, dependían de los ejércitos tradicionales para su supervivencia y estos terminaban traicionándolos, como ocurrió con Irán en 1953 y Guatemala en 1954.
Pero en Cuba se presentaba una realidad muy diferente, ya que por primera vez en el hemisferio occidental una Revolución popular y triunfante demolía hasta sus cimientos las fuerzas armadas oligárquicas y sus órganos represivos por lo tanto, el imperialismo yanqui perdió para siempre en la Isla a sus partidarios más incondicionales y se instituían unos organismos de seguridad de nuevo tipo.
Desde su origen el pueblo fue su principal aliado, principio que se consolidó el 28 de septiembre de 1960 con la creación de los Comités de Defensa de la Revolución, lo cual hizo imposible que los agentes enemigos actuaran con impunidad.
El Comandante en Jefe concibió que los Órganos de Seguridad tendrían que nutrirse de los más fieles y valientes hombres procedentes del Ejército Rebelde; así como de las organizaciones insurreccionales, que comprendieran el proceso de radicalización de la Revolución y no se amilanaran ante las inminentes agresiones del gobierno estadounidense.
Y la selección no pudo ser mejor. Desde esa etapa fundacional de los OSE tuvieron participación muy importante los comandantes Ramiro Valdés Menéndez, Abelardo Colomé Ibarra, Manuel Piñeiro Losada y los capitanes Joaquín Méndez Cominches, Eliseo Reyes Rodríguez (San Luis), José María Martínez Tamayo (Papi), Orlando Pantoja Tamayo (Olo) y el primer teniente Enio Leyva Fuentes, la mayoría no sobrepasaba la tercera década de vida.
Muchos combatientes cayeron en lucha desigual en las filas del enemigo, como el agente de la seguridad y comandante del Directorio Revolucionario 13 de Marzo Tony Santiago, en 1961, cuando la embarcación en la que se dirigía a Miami para su labor de penetración fue hundida por una lancha de mercenarios de la CIA.
Años después, por propia declaración de sus asesinos, se conoció que Tony desde el agua ripostó con su pistola a los agresores y gritó: ¡Patria o Muerte! hasta que resultó fulminado por los disparos.
Otro de los mártires es Alberto Delgado Delgado, el hombre de Maisinicú, campesino analfabeto quien se puso zapatos por primera vez a los 12 años y se incorporó al Ejército Rebelde en 1958, pero en 1961 lo intentaron captar para la contrarrevolución y se convirtió así en un agente secreto que penetró las bandas de alzados hasta que lo asesinaron en 1964 sin que, pese a ser sometido a salvajes torturas, revelara su condición de revolucionario.
También nuestra historia más reciente recoge la epopeya de los Cinco Héroes que pusieron muy en alto el extraordinario sentido patrio que caracteriza a los hombres y mujeres que cumplen misiones en las filas del enemigo.
En los actuales escenarios el imperialismo renueva sus métodos con el uso de las tecnologías de la información y las comunicaciones, de guerra cultural de conjunto con los métodos tradicionales de bloqueo y acciones violentas, que enfrentan las nuevas generaciones de combatientes de los Órganos de la Seguridad del Estado y que como sus heroicos antecesores derrotan a diario.