Evelyn Corbillón Díaz | Foto: Archivo
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05 Junio 2023

 

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La séptima edición de los Juegos Centroamericanos y del Caribe se efectuó del 5 al 20 de marzo de 1954 en Ciudad de México, sitio que se convirtió en el primero en acoger el evento multideportivo por segunda ocasión, pues ya lo había hecho en la cita inaugural en 1926.

Ante la imposibilidad de Ciudad de Panamá de fungir como sede, la nación mexicana asumió en calidad de suplente y la seriedad con que enfrentaron la designación fue tal que en 1953 en su territorio se reunió el Congreso Técnico, en el cual se determinó un nuevo reglamento general y programa de competencias, de acuerdo con el libro Los Juegos Regionales Más Antiguos, del ya fallecido cronista deportivo Enrique Montesinos.

En 19 continuó la cifra de deportes en disputa, al igual que en las versiones de Barranquilla (1946) y Ciudad de Guatemala (1950); mientras que la de naciones asistentes decreció a 12 en relación con la edición anterior debido a la ausencia de Costa Rica, Haití, Honduras y Trinidad y Tobago, y la reincorporación de Venezuela y República Dominicana.

A Ciudad de México acudieron en esa ocasión mil 321 atletas, de los cuales 163 fueron mujeres, quienes compitieron en 122 pruebas; toda vez que se trató de unos juegos con novedades.

Como dato curioso sobresalen el encendido del pebetero- en el Cerro de la Estrella de ese país- y el himno de los Juegos, aprobado por la Junta General de Delegados; ambos, convertidos en tradiciones.

Señala el compendio histórico que en esa versión se sumaron otras iniciativas como el comienzo de las transmisiones de televisión o la utilización de la Tarjeta de Identidad en lugar del pasaporte para entrar y salir del país; además, en el atletismo empezó el empleo del cronometraje electrónico y la foto de llegada.

Lo más relevante por Cuba fue el dominio en el atletismo, con siete preseas doradas, tres platas e igual cantidad de bronceadas; resultado con el que desplazó a Puerto Rico de la supremacía presentada en la lid.

Rafael Fortún se convirtió en el único atleta con tres títulos consecutivos en la distancia de 100 metros planos del deporte rey, pues ya se había coronado en Barranquilla y Ciudad de Guatemala.

Los esgrimistas volvieron a destacar en el certamen, ahora con tres cetros, una plata y un bronce; y sin dudas, Roberto García resultó el más valioso al escalar lo más alto del podio en la espada individual y por equipos, y en el florete de conjunto.

Con Francisco Cascante al frente -dueño de coronas en final individual, manos libres, paralelas, por equipos, trampolín y saltos acrobáticos- los de la mayor de las Antillas también "sonrieron" en la gimnasia artística tras dominar nuevamente en ocho de las nueve modalidades en disputa.

Asimismo, destacaron sus connacionales Ángel Aguiar, quien se agenció oro por equipos, anillas y arzones, y plata en el caballo de salto; y Baldomero Rubiera, campeón por equipos y en barra fija.

Otros deportes que aportaron a la delegación cubana fueron la lucha (3-2-1), pesas (3-1-1), tiro deportivo (2-1-3) y natación (1-3-1).

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Por falta de fondos, el conjunto de béisbol no pudo acudir a la reunión en tierra mexicana, de ahí que no reeditó su corona de cuatro años atrás ni se alzó con la sexta en esa disciplina.

México finalizó por quinta ocasión en la cima del medallero por naciones, con 47 metales de oro, 42 de plata y 36 de bronce; seguido por Cuba, su eterno rival, (29-19-20) y Venezuela (14-18-21), respectivamente. (Evelyn Corbillón Díaz, ACN)