Cristóbal Colón en la naturaleza cubana

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ACN - Cuba
Mando Arreola | Foto: Archivo
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22 Junio 2025

   La repetida frase, “esta es la tierra más hermosa que ojos humanos vieron”, atribuida al almirante Cristóbal Colón, se honra cada día en el Parque que lleva su nombre en la oriental provincia cubana de Holguín.

   Colón protagonizó en uno de esos parajes el llamado Encuentro de las Culturas cuando el 28 de octubre de 1492 pisó este terruño y aunque pasaron más de 530 años todavía se aprecian valores que el navegante vio en aquella oportunidad.

   Ubicado en la costa norte holguinera, el parque se extiende por el Oeste hasta el municipio de Gibara (sede del Festival de Cine Pobre, creado por Humberto Solás) y por el Este hasta la bahía de Samá.

   El entorno casi virgen invita a disfrutar de la aventura marcada por su riqueza, conservación y excelentes playas tipo caletas y bahías de bolsa.

   Su porción costera posee más de 40 kilómetros de costa acantilada, en las cuales sobresalen 13 playas, seis bahías, tres ríos, siete cayos, más de 170 cuevas, incluidas seis inundadas; y 34 sitios arqueológicos.

   Dentro de su superficie hay varias reservas naturales que incluyen el Chorro de Maíta, el Bahía de Naranjo, el Monumento Nacional Bariay (sitio por donde arribó el almirante genovés) y la reserva Güirito-Punta de Mangle.

   Además, se localizan las playas Guardalavaca, Esmeralda, Pesquero, Turquesa, Don Lino y Los Bajos, así como las radas de Gibara, Jururú y Vita.

   Tal emporio natural se encuentra entre los preferidos por los vacacionistas que vienen a Cuba.

   En Guardalavaca existe una infraestructura hotelera de consideración, entre ellos el más grande recinto turístico cubano, el hotel Pesquero con unas mil habitaciones.

   El “Cristóbal Colón” reúne casi todas las atracciones posibles para un visitante, porque hay para los amantes de la naturaleza, de la cultura, de la historia y para los que prefieren modalidades más activas como el trekking, el hiking, el cicloturismo, los safaris, el espeleoturismo y los deportes acuáticos.

   A siete kilómetros de Guardalavaca está el parque recreativo-cultural Chorro de Maíta, que toma su nombre de un manantial cercano.

   Allí un grupo de arqueólogos, encabezado por el doctor José Manuel Guarch, descubrió el mayor sepulcro indígena del Caribe, el cual, según estudios, confirmó que los restos encontrados pertenecieron a personas que vivieron de 1490 a 1540, es decir, con la posibilidad de que alguno haya visto a Colón en persona.

   Una reconstruida aldea taína, sita en el lugar, recrea la vida de los primeros cubanos, aquellos a los que el navegante genovés vio a su llegada y que luego, al reflejarlos en su diario, los calificó de pacíficos, bellos y hospitalarios.

   El parque natural Bahía de Naranjo resulta otra de las atracciones singulares, pues sus varios kilómetros de costas, cinco playas naturales, cuevas y cayos vírgenes, acogió como refugio a piratas, corsarios y filibusteros.

   La naturaleza se esforzó en ese lugar con la presencia de más de 130 especies de plantas, una exuberante fauna terrestre que abarca aves endémicas y migratorias.

   El Cinturón de Hibridación de Oriente (abundancia relativa de especies híbridas), uno de los pocos sobrevivientes en el ámbito mundial, se ubica en el Bahía de Naranjo, por lo que quienes gustan de la observación de aves, disfrutarán de un momento especial con el paso de los alados en determinadas épocas del año.

   La Bahía de Bariay, por donde llegó Cristóbal Colón, sirve de apelativo al Monumento Nacional que honra la presencia del navegante genovés mediante un conjunto escultórico erigido en 1992 y también con un museo que exhibe las evidencias arqueológicas de la aldea visitada aquel día por el Almirante.