La Habana, 27 may (ACN) Historia, cultura, tradición; y, desde luego, economía. Tal vez en esas palabras pudiera resumirse la trascendencia que tiene para la Mayor de las Antillas el universo de la agroindustria azucarera.
Fue ese tema -medular para Cuba-, el centro de la sesión del Consejo Nacional de Innovación (CNI) de este mes de mayo, que sesionó recientemente en el Salón de los Plenos del Palacio de la Revolución, y que estuvo encabezado por el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez.
El punto de partida para los análisis fue un proyecto estratégico, presentado por el Grupo Azucarero Azcuba y titulado “Introducción de nuevas tecnologías para el incremento de la producción azucarera y sus derivados”. La motivación era juntar ideas, en una jornada que también contó con la presencia del miembro del Buró Político y Vicepresidente de la República, Salvador Valdés Mesa, así como con los viceprimeros ministros de la República, Inés María Chapman Waugh, y Eduardo Martínez Díaz.
En su fundamentación sobre la necesidad de un plan estratégico en el momento actual del país, la Vicepresidenta del Grupo Azucarero Azcuba, Mariela Gallardo Capote, recordó que la caña, que es el soporte de la industria azucarera, ha tenido un comportamiento descendente en sus niveles productivos, y que se ha experimentado un desgaste progresivo en la industria. La ingeniera hizo énfasis en la pertinencia de encontrar caminos para el respaldo económico financiero que permita la sostenibilidad y el crecimiento del importante sector.
De lo que se trata, según la propuesta presentada, es de incrementar los ingresos por exportaciones, lo cual haga posible el crecimiento del sector con el consiguiente aporte a la economía del país, y que el empeño tenga como base la implementación de innovaciones tecnológicas, financieras y organizacionales.
El plan presentado por Mariela Gallardo Capote incluye componentes como proyectos de Ciencia, Tecnología e Innovación, programas de Inversión Extranjera y de Inversiones en Innovación, así como proyectos de Cooperación Internacional. Es importante -apuntó la experta- redimensionar la industria azucarera que está presente en 50 municipios del país.
Al definir las metas que están propuestas, la vicepresidenta de Azcuba expresó que son muy altas pero alcanzables, teniendo en cuenta las potencialidades que distinguen a la actividad cañero-azucarera y a sus trabajadores.
Entre esas fortalezas, Capote Gallardo hizo referencia a la economía circular, definida por la experta como la base del sistema de desarrollo del sector. En tal sentido, reflexionó que de la caña se puede obtener energía eléctrica, es posible crear azúcar y sus derivados, lo cual permitiría que, una vez cumplidas las metas específicas del proyecto, la industria azucarera recupere su papel de aportador de divisas a la economía nacional.
La ponente no pasó por alto desafíos clave de la producción cañero-azucarera: hizo referencia a los económicos -entre ellos, infraestructuras obsoletas y bajos niveles productivos-; a los ambientales -como la vulnerabilidad que genera el cambio climático-; y a los sociales -que tienen que ver, entre otros, con la alta fluctuación de la fuerza de trabajo-.
Seguidamente se sumaron las voces de los expertos integrantes del CNI, desde cuyos criterios emergieron ideas como la necesidad de dejar atrás la visión tradicional que se tiene de este sector, para concebirlo como un espacio estratégico de transición energética y de producción de alimentos y derivados con alto valor agregado, a partir de un enfoque de economía circular que tribute a la seguridad energética y a la sostenibilidad ambiental.
Al productor cañero, fuerza cardinal en todo el proceso, fue dedicada más de una reflexión, desde la certeza de que deben ser rotas todas las inercias a partir de un enfoque de correcto estímulo que pasa, entre otras variables, por los precios definidos para las producciones.
Igualmente, se hizo hincapié en el análisis energético y en la oportunidad que un central azucarero ofrece en tal sentido, no solo para un período de zafra, sino también para el año entero, con el ojo puesto, por ejemplo, en la biomasa cañera y forestal.
Especial valor tuvo el apunte del Dr. C Jorge Núñez Jover, quien sugirió que el proyecto debe incluir una mirada atenta a la transformación de las comunidades donde se desarrolla la industria agroazucarera. Es vital, alertó, tener en cuenta las estrategias de desarrollos locales y provinciales, los incentivos para los productores y habitantes -aunque no trabajen directamente en los ingenios-; y, en sentido general, todo lo que signifique repoblar los espacios rurales a partir del sentido de la pertenencia.
Por lo que representa en más de 500 años de historia cubana, porque es tradición que ha gravitado sobre muchas generaciones, porque la agroindustria azucarera ha sido el corazón de muchas comunidades a lo largo del país, el Presidente Díaz-Canel Bermúdez afirmó que resulta estratégico el plan de implementación del proyecto para revertir la situación actual.Por eso, propuso sumar a la propuesta vista en el CNI, todas las ideas que puedan fortalecerla y hacerla viable en el menor tiempo posible.
Tomado de Presidencia