La Habana, 22 nov (ACN) Con una convocatoria a la acción global para transformar los sistemas alimentarios concluyó hoy el IX Congreso Internacional de Agroecología, Soberanía Alimentaria, Educación Nutricional y Cooperativismo, en el Palacio de Convenciones de La Habana.
Tras cinco días de intensos debates e intercambio de experiencias para impulsar modelos más justos, resilientes y en armonía con la naturaleza, la iniciativa, promovida por la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP), constituyó un espacio propicio para socializar buenas prácticas agroecológicas.
Félix Duarte Ortega, presidente nacional de la ANAP, ratificó la validez de la agroecología como vía hacia la soberanía alimentaria y como acto de resistencia contra el imperialismo y el capitalismo neoliberal.
En sus palabras al cierre del evento, el dirigente destacó que el mismo cumplió su objetivo de propiciar fructíferos intercambios sobre temas vitales, como la agricultura familiar, la eficiencia económica de los sistemas agroecológicos, la protección de los recursos naturales y el rol de las organizaciones campesinas y cooperativas.
“Más allá de los interesantes intercambios de conocimientos en los ámbitos técnicos, productivos y económicos, el encuentro ha sido expresión de solidaridad y hermandad entre las masas campesinas en la lucha contra el imperialismo, el capitalismo neoliberal y sus secuelas”, afirmó.
Durante la cita se reafirmó la necesidad de perfeccionar métodos participativos como el de “Campesino a Campesino”, fortalecer el cooperativismo y entender que el cambio climático es también un reto político, económico y social.
Se evidenció asimismo la urgencia de fortalecer la lucha por la reforma agraria, la justicia social y la paz, consensuando la unidad entre todos.
El cierre del encuentro rindió homenaje al líder histórico de la Revolución Cubana, Fidel Castro Ruz, al cumplirse próximamente el noveno aniversario de su desaparición física, y se recordó su pensamiento, expresado hace 33 años en la Cumbre de la Tierra en Río de Janeiro, donde abogó por “una vida humana más racional” y un orden económico internacional justo.
Trinidad Ortiz Duarte, delegada de Paraguay, denunció las grandes crisis generadas por el capitalismo, las políticas neoliberales y los conflictos bélicos, con especial mención al genocidio contra el pueblo palestino y las amenazas a Venezuela.
Alertó sobre los graves impactos del calentamiento global, la contaminación y la pérdida de la biodiversidad.
Al describir el contexto cubano, se subrayó que la Isla enfrenta, además de los desafíos globales, el genocida, injusto, criminal e inhumano bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos, recrudecido con 243 medidas adicionales y la arbitraria inclusión de Cuba en la lista de países patrocinadores del terrorismo.
“Todo ello se convierte en el obstáculo principal para el desarrollo del país, provocando serias limitaciones y dificultades en el orden económico, político, social y productivo, que nos hace trabajar en una verdadera economía de guerra”, aseveró.
Desde las bases del evento se recalcó que frente a cada adversidad la respuesta de Cuba es seguir encontrando alternativas basadas en esfuerzos propios, con creatividad e inteligencia.
En un gesto de profunda solidaridad, se agradeció a las organizaciones internacionales participantes la entrega de un donativo a la ANAP para contribuir a compensar los daños del reciente huracán Melissa en las provincias orientales.
Fue reafirmado el compromiso de Cuba con su política agroecológica, sustentada en un decreto ley recientemente aprobado, y se destacó el impulso a la metodología “Campesino a Campesino”, que ha logrado importantes avances.
Se citó al Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, quien señaló que la política de agroecología es “uno de los caminos por el que podemos llegar a un Estado diferente en la producción de alimentos para nuestro pueblo” y que “ya muestra resultados que entusiasman”.
Delegados de Indonesia, Honduras, Puerto Rico, México y otras naciones tomaron la palabra para agradecer la experiencia y el conocimiento compartido, y calificaron a Cuba como una inspiración, pues a pesar de las dificultades, en la Isla caribeña “sí se puede”.
Al concluir, se ratificó la invitación a todos los participantes para el X Encuentro, a celebrarse en el año 2027. En ese espacio se reconoció además la labor de destacados investigadores y campesinos que han dedicado su vida al avance de la agroecología en Cuba y el mundo.
Resaltó también el papel pionero de la Isla en la aplicación de prácticas agroecológicas, resultado de la necesidad y la voluntad política de desarrollar una agricultura soberana y sostenible, incluso en medio de un férreo bloqueo económico.
El evento dejó claro que la agroecología es más que un conjunto de técnicas: es un paradigma de vida, una herramienta de soberanía alimentaria y un camino impostergable para garantizar un futuro digno para la humanidad.
El IX Congreso Internacional de Agroecología, que reunió a delegados de 15 países, incluyó conferencias magistrales, simposios, talleres y visitas de campo, donde científicos, productores, académicos y representantes de movimientos sociales coincidieron en la urgencia de aplicar los principios agroecológicos para enfrentar las crisis climática, alimentaria y económica.
