La Habana, 12 dic (ACN) Diego Corona, calificado como el realizador audiovisual más joven de Cuba, ofreció hoy detalles en exclusiva a la Agencia Cubana de Noticias, justo cuando celebra su 21 cumpleaños.
Mi entrada a este mundo fue algo curioso, pues empecé como figurante gracias a la directora de casting Libia Batista, a quien le tengo mucho cariño y agradecimiento por darme la oportunidad no solo de actuar sino también de observar cuántas sorpresas hay detrás de cámara, dijo el joven realizador.

En ese entonces, confesó, recordó que más allá del deseo de lograr una buena actuación, lo llamaron la atención todos esos equipos de grabación y el personal tan grande que lleva una producción; ahí se dió cuenta que prefería estar detrás de cámara.
Mis primeros pasos fueron ayudando a un amigo fotógrafo en lo que le hacía falta, ya fuera cargando los bolsos con el equipamiento de trabajo o como asistente, hasta que otro amigo que se iniciaba como cantante nos solicitó un videoclip y sin pensarlo nos lanzamos, convirtiendo esa oportunidad en mi primera experiencia como director.

La vinculación de Corona con el audiovisual es puramente autodidacta; el hecho de no poder entrar a la Facultad de Arte de los Medios de Comunicación Audiovisual (FAMCA), no lo hizo desistir sino seguir luchando hasta ser el vivo ejemplo de que el que persevera triunfa.
Confesó que no sabe con exactitud cual de sus trabajos lo dio a conocer, o cómo su historia llegó a oídos de alguien que le pareció curiosa, hasta tal punto de ser considerado como el realizador audiovisual más joven de Cuba; sin embargo se siente orgulloso de haber definido desde muy joven lo que quería, e ir por ello sin duda.

Desde los 17 años, explicó, está trabajando, cuando la edad común de los realizadores cubanos supera los 25; tal vez por eso su historia llamó la atención de muchos y poco a poco ha ido creciendo profesionalmente antes de lo habitual.
Como todo realizador, Corona tiene una rutina que le permite crear y organizar sus ideas para lograr satisfactorios resultados.

Al comentar sobre su proceso organizativo, detalló que primeramente hace un trabajo de mesa con el artista con el que va a trabajar, conoce sus intenciones y características del material deseado, y luego, con toda esa información, busca un sitio tranquilo, donde en compañía de un café, hace aflorar su imaginación.
Para mí, expresó, lo más difícil de incursionar en el arte, fue la edad, ya que al comenzar tan joven costó muchísimo trabajo que las personas creyeran en mí; pero con seriedad y sacrificio logré ganarme el respeto y la confianza de los más experimentados.

Recientemente terminé tres vídeos bajo el sello de una discográfica italiana y en un futuro mi intención es involucrarme más con el cine cubano, añadió.
Según Corona, no hay mayor satisfacción que la proveniente de quienes admiran su trabajo.
Muchas personas me escriben por las redes y conversan conmigo sobre mi trabajo; esas cosas me enorgullecen mucho, y siempre les agradezco por tomarse el tiempo y hacerme saber su sentir, resaltó.
Hoy día, acotó, es común oír a las personas burlarse de las personas soñadoras, pero no soy de los que comparte esa opinión, pues me considero un gran soñador, y fiel seguidor de aquellos que persisten con disciplina y constancia.
Diego continúa soñando y apostando por crecer aún más, pues cada proceso de rodaje y el estreno en sí de un producto donde están sus manos, es lo que más disfruta de la producción actualmente.
La realización audiovisual fue algo que descubrí en el momento exacto; me salvó la vida cuando estaba perdido sin saber hacia donde ir; pude encontrar aquello que me llena y me permite soñar despierto, concluyó Corona.
